Cuando las hadas se pervierten
Una joven prostituta. Un joven (Iván), hijo de un oligarca ruso, que dispone de una inmensa fortuna. Un enamoramiento vertiginoso. Una boda. ¿Fueron felices y comieron perdices? Eso es lo que parecería en un principio. Después de la primera media hora, pensé que iba a ver una extensión de "Pretty Woman" aderezada con estampas de videoclip de “Nueve semanas y media”, pero nada más lejos de la realidad: a partir de entonces, todo comienza, en el buen sentido de la palabra, a desvariar.
Anora es una película profundamente humana en la que intervienen estados personales tan consustanciales a nuestra psicología como la satisfacción, la ilusión, la frustración, el amor, el sexo, el egoísmo y la traición. El argumento se encarga de decirnos que la vida no es un cuento de hadas y, por ello, esparce su mala leche a través del perturbador comportamiento de la familia que rodea a Iván; un auténtico hijo de papá, un ni-ni caprichoso que consigue engañar la mente ingenua y romántica de Anora. Además, el filme pone sobre el tapete el tema de la prostitución, mostrando su crudeza y la instrumentalización que el poder económico ejerce sobre las personas.
Pero detrás de esa road movie se esconde el amor secreto que se personifica en Igor, el escolta. Parece mentira que aquel tipo de aspecto rudo que, de manera agresiva, irrumpe en la casa de los recién casados pueda tener sensibilidad. Una sensibilidad que no se cuenta, sino que se percibe a través de gestos y miradas, y que se desarrolla de una manera muy hermosa a lo largo de la relación de amor y odio que mantienen entre ellos.
Más allá de todas estas reflexiones de contenido, hay que decir que la película es trepidante, entretenida y llena de vida. Es imposible no quedar atrapado en su trama y seguir las aventuras del cuarteto que persigue al protagonista. Y sí, te identificas con Anora y sientes pena por ella. ¿Cuántas veces nos hemos ilusionado para acabar completamente decepcionados?
El final, con la explosión de Anora sobre el escolta, es absolutamente amargo y desgarrador, cerrando la historia con un gran impacto emocional. Una gran obra que, para mí, es una de las sorpresas cinematográficas de 2024.
ANORA. 2024. Estados Unidos. Color. 138 Min.
Dirección: Sean Baker
Intérpretes: Mikey Madison, Yura Borisov, Ivy Wolk, Lindsey Normington, Darya Ekamasova, Karren Karagulian, Mark Eidelshtein, Emily Weider, Luna Sofía Miranda, Vincent Radwinsky, Brittney Rodriguez, Sophia Carnabuci, Anton Bitter, Ella Rubin
Guion: Sean Baker
Música: Matthew Hearon-Smith
Fotografía: Drew Daniels
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