Oscuro visitante
Una oscuridad muy turbia recorre cada secuencia de esta película, porque, aunque podría situarse dentro de los géneros del suspense y la intriga, resulta difícil de clasificar. La razón es que sus protagonistas responden a patrones patológicos de la personalidad y, a pesar de su apariencia normal (incluido el párroco), el espectador intuye que dentro de ellos laten emociones ocultas que, poco a poco, debe ir descifrando.
Uno de sus puntos fuertes es la sencillez formal: predominan los exteriores en el bosque y las escenas interiores en la casa. Si a eso le sumamos un caso de desaparición y la búsqueda del culpable, parecería un relato de misterio convencional. Pero el director lo perturba todo sutilmente, añadiendo una capa psicológica inquietante que nos desorienta. El odio, el deseo sexual y la complejidad de los vínculos maternofiliales son elementos difíciles de representar, pero aquí permanecen latentes durante todo el metraje y estimulan la interpretación del espectador.
Ahora bien, en mi opinión, el guion parece que debería explicarme más. Entiendo que el ser humano puede perder los papeles, pero hay comportamientos en el filme que rozan lo inverosímil.
A pesar de ello, la tensión y el ritmo se mantienen firmes, y la sensación final es la de haber visto una película diferente, extraña y perspicaz.
MISÈRICORDE. 2024. Francia. Color. 104 Min.
Dirección: Alain Guiraudie
Intérpretes: Félix Kysyl, Catherine Frot, Jean-Baptiste Durand, Jacques Develay, David Ayala, Sébastien Faglain, Tatiana Spivakova, Elio Lunetta, Salomé Lopes
Guion: Alain Guiraudie
Música: Marc Verdaguer
Fotografía: Claire Mathon
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