Ambos se encuentran en el tránsito de la juventud hacia madurez donde se genera un viaje iniciático, un reencuentro donde confluyen sus miedos, sus deseos, su situación pasada y presente. Cada uno tiene su vida más o menos conformada. Ella, más estable (casada y con hijos), él, sin embargo, desorientado, va dando tumbos de aquí para allá. Y, sin quererlo, nos convertimos en reflejo de Tristán e intentamos comprender el porqué de su silencio ante lo que siente por ella.
La obra —con ingeniosos apuntes cómicos en las conversaciones— nos muestra un tono nostálgico y melancólico trufado de recuerdos y situaciones de un pasado que ya no podemos cambiar, indicándonos la importancia de subirse a aquellos trenes de los que nunca queremos (o quisimos) desprendernos.
CASI 40. 2018. España. Color. 87 Min.
Dirección: David Trueba
Intérpretes: Lucía Jimenez, Fernando Ramallo, Carolina África, Vito Sanz.
Guion: David Trueba
Fotografía: Julio César Tortuero
Críticas de David Trueba:
Si me borrara el viento lo que yo canto (2019)
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