sábado, 11 de julio de 2020

(4) VERANO 1993, de Carla Simón (2017)

Dolor en la infancia
Siempre es complicado hacer películas con niñas/os dado su difícil rodaje y su complicada transmisión de disposiciones afectivas. Este trabajo, sin embargo, ha sabido salir airoso en su cometido. Así, la dirección de actores ha sido clave en el resultado final debido a un acertado casting, existiendo una gran afinidad y química en las niñas las cuales actúan con una sorprendente naturalidad. 
Verano 1993, es una película de sentimientos, un drama donde se exponen los problemas emocionales en la infancia a través de la mirada de su protagonista—trasunto de objetivo de cámara— que nos cuenta sus experiencias internas tras la pérdida de sus padres y su posterior acogida por parte de sus tíos. Ello hace que la película trate los hechos sin emitir juicios y que lo haga de una manera real y profundamente tierna con los acontecimientos que se desarrollan. Este aspecto narrativo y psicológico se combina estupendamente con una brillante factura técnica pues el film goza de una excelente fotografía con una reinante luminosidad que refuerza la arquitectura de su contenido. 
La película está repleta de simbolismos que se traducen en sus silencios y elementos comportamentales (juegos, visitas a la imagen de la virgen, etc.). En ella se explica muy bien la dificultad que existe en el ser humano para canalizar el dolor, más aún en la niñez. También, dado que se desarrolla al principio de los años noventa, se puede observar la reticencia y la ignorancia de la sociedad ante el virus del sida. En definitiva, Verano 1993, es un bello film, poético y atemporal —en ciertos momentos recuerda a El espíritu de la colmena— que no hay que perderse.

ESTIU 1993. 2017. España. Color. 97 Min. 
Dirección: Carla Simón
Intérpretes: Laia Artigas, Bruna Cusí, David Verdaguer, María Paula Robles, Paula Blanco, Etna Campillo, Jordi Figueras, Dolores Fortis.
Guion: Carla Simón
Música: Ernest Pipó
Fotografía: Santiago Racaj

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