domingo, 26 de enero de 2020

(3) EL DECLIVE DEL IMPERIO AMERICANO, de Denys Arcand (1986)

  Hipocresía de alta sociedad 
De nuestros pensamientos a nuestros actos media un abismo. Lamentablemente no poseemos, al menos en el tiempo presente, ningún dispositivo tecnológico que nos permita observar los deseos o propósitos de las personas a través de un monitor. Creemos conocer a los demás, pero en realidad no es así. ¿Qué se esconde, pues, en el interior de los seres humanos? Culturalmente la sociedad moldea a los individuos y lo que en un principio es desinhibición y sinceridad se torna en represión e hipocresía. Y esto es, precisamente, lo que resalta en este film de Denys Arcand: la falsedad instalada en las altas esferas económicas e intelectuales, cuanto más alta es la clase social más hipocresía encontraremos. 
El mérito que subyace en la historia que nos propone el director canadiense —además de mostrar sin tapujos nuestro egoísmo e inclinaciones más ocultas— radica en la manera que desnuda el alma de los personajes. Unos actos que se pueden extrapolar a otros ámbitos de nuestra sociedad y que demuestran la pobre autenticidad de nuestra especie: ese declive que aduce en su libro la profesora.
Es sugestivo también el análisis que realiza acerca de la sexualidad con sus fantásticos diálogos e interesantes reflexiones. Hay que reprochar algún comentario desafortunado con respecto a la pederastia y el sida (eran los años 80), sin embargo, la obra destaca por su universal planteamiento sobre los aspectos psicológicos y sociales de la civilización occidental.

LE DÉCLIN DE L'EMPIRE AMÉRICAIN. 1986. Canadá. Color. 101 Min.
Dirección: Denys Arcand
Intérpretes: Dominique Michel, Dorothée Berryman, Louise Portal, Geneviève Rioux, Pierre Curzi, Rémy Girard, Yves Jacques, Daniel Brière
Guion:  Denys Arcand
Música: Françoise Dompierre
Fotografía: Guy Dufaux

lunes, 20 de enero de 2020

(4) PARÁSITOS, de Bong Jong-ho (2019)

 ¿Quiénes son realmente los parásitos?
Lo más destacable de la propuesta del director surcoreano es su capacidad para controlar el tempo narrativo en cada una de sus secuencias. Así, la trama tiene sus momentos de cine social, drama, suspense, comedia (humor negro) y acción que se van esparciendo de diferentes formas hasta configurar una película absolutamente sorprendente. Aparte de, como hemos comentado, amalgamar distintos géneros, el film tiene numerosas lecturas en las que se extraen conclusiones muy interesantes sobre la vida misma. De esta manera, las condiciones infrahumanas en las que viven los componentes de la familia protagonista —junto al marido de la anterior empleada (escondido  en el subsuelo del edificio tras ser asediado por sus acreedores)— denotan una clase social desfavorecida que contrasta con la acaudalada familia que acoge, por engaño, a sus supuestos trabajadores. A partir de ahí surgen las artimañas y la ética individual para poder sobrevivir. 
Si bien en la obra se denuncian claramente las desigualdades económicas, el realizador juega con ello para crear un fresco lleno de contradicciones humanas. De esta manera, el público asistente no sabe con quién empatizar pues es difícil detectar algún ápice de humanidad en los personajes (especialmente en la familia pobre que recuerda en algunos aspectos a Viridiana de Buñuel). 
Parásitos es una historia de picaresca en la que se conjugan variopintas voliciones del ser humano: el amor, la supervivencia y el egoísmo. Pero sobre todo es un auténtico pelotazo —fascinante combinación de factura técnica y narrativa— y una lección de buen cien de la mano de este sugestivo y peculiar realizador. Su título es realmente sugerente y conduce a preguntarnos: ¿quiénes son realmente los parásitos? Para reflexionar.

GISAENGCHUNG. 2019. Corea del Sur. Color. 132 Min.
Dirección: Bong Jong-ho
Intérpretes: Song Kang-ho, Lee Seon-gyun, Jang Hye-jin, Cho Yeo-jeong, Choi Woo-sik, Park So-dam, Park Seo-joon, Lee Jeong-eun, Park Keun-rok, Hyun Seung-Min, Andreas Fronk
Guion:  Bong Jong-ho, Jin Won Han
Música: Jaeil Jung
Fotografía: Kyung-Pyo Hong

sábado, 18 de enero de 2020

(3) DOLOR Y GLORIA, de Pedro Almodóvar (2019)

 Hacer las paces con la vida
Se llega a un momento en nuestras vidas que necesitamos pararnos a pensar sobre cómo ha sido nuestra existencia: qué culpas guardamos en nuestro interior y qué cosas todavía no hemos solventado. ¿Cuáles son, pues, nuestras circunstancias actuales que están conformadas por nuestro pasado? 
Pedro Almodóvar realiza una interesante aproximación a todo ello a través de una minuciosa observación de las afecciones humanas. Su protagonista, Salvador, es un director de cine falto de inspiración y motivación. Aquejado de dolencias físicas y, especialmente, psíquicas, realiza un ejercicio de análisis de su vida y decide recurrir a elementos tan nocivos como la heroína para paliar su dolor. Un encuentro azaroso con un anterior amante le hará reaccionar e intentar enmendar un camino que le llevaba irremediablemente hacia la autodestrucción. 
La cinta, aparte de su innegable profundidad, va acompañada de una factura técnica impecable que ayuda a reforzar todo aquello que quiere transmitir. Así, se nota la mano de José Luis Alcaine en la fotografía y de Alberto Iglesias en la música. La puesta en escena, diseño y vestuario lleva la marca peculiar, original e indeleble del realizador manchego, algo que le hace único a la hora de identificar su cine. 
El director realiza, desde la madurez (con su trasunto personaje) una tierna y sutil mirada hacia la infancia y a la relación materno-filial, con lugares, personas y sucesos que, aunque aparentemente nimios, han tenido una enorme influencia en su desarrollo posterior. Con ello el film nos habla de una manera poética, nostálgica —pero al mismo tiempo esperanzadora— del largo recorrido que supone nuestra trayectoria vital: con sus alegrías y penas, con sus luces y sus sombras, pero, sobre todo —tal como reza el título de la película— con su dolor y su gloria. 

DOLOR Y GLORIA. 2019. España. Color. 108 Min.
Dirección: Pedro Almodóvar
Intérpretes: Antonio Banderas, Asier Etxeandia, Penélope Cruz, Leonardo Sbaraglia, Julieta Serrano, Nora Navas, Asier Flores, César Vicente, Raúl Arévalo, Neus Alborch, Cecilia Roth, Pedro Casablanc, Susi Sánchez, Eva Martín, Julián López, Rosalía, Francisca Horcajo
Guión:  Pedro Almodóvar
Música: Alberto Iglesias
Fotografía: José Luis Alcaine

sábado, 4 de enero de 2020

(4) EL CHICO, de Charles Chaplin (1921)

  Tragicomédia emocional
Charles Chaplin siempre ha sabido conjugar como nadie los momentos trágicos con los cómicos. Además, en el trasfondo de sus películas subyace una profunda reflexión acerca de la esencia de los seres humanos. En los primeros compases de The Kid ya podemos observar como el realizador muestra que enfrente de nosotros no tenemos una vida fácil: la diferencia de clases, el hambre, la miseria, el abandono… Así, a medida que el metraje avanza, el film ahonda en los sentimientos humanos —ejemplificado en la metamorfosis de su protagonista— a través de la relación entre el vagabundo y el niño. 
Le sigue un cúmulo de secuencias hilarantes a través de una inteligente utilización del slapstick que desembocan en la sublime escena del sueño. En ella, el director plantea la imposibilidad de un mundo mejor. Como la canción de Lennon, podemos imaginar una sociedad que vive el momento y que vive en paz, sin propiedades, sin codicia y compartiendo con los demás. Sin embargo, desafortunadamente no es así, pues en nuestro contexto social cohabitamos con el egoísmo, la envidia, los celos —geniales los diablillos—, esto es: sentimientos negativos contra los que tendremos que luchar para poder gozar de una vida relativamente sana. 
El final, emocionante, da buena cuenta de la maestría de Chaplin a la hora de escarbar en nuestras emociones. Magnífica.

THE KID. 1921. Estados Unidos. Blanco y Negro. Muda. 68 Min.
Dirección: Charles Chaplin
Intérpretes: Charles Chaplin, Jackie Coogan, Edna Purviance, Carl Miller, Tom Wilson, Henry Bergman, Lita Grey
Guión:  Charles Chaplin
Fotografía: Rollie Totheroh