martes, 28 de febrero de 2023

(3) MUERTE DE UN VIAJANTE (1985), de Volker Schlöndorff

La influencia social
La obra teatral de Arthur Miller está centrada principalmente en las emociones y los sentimientos de las personas. De esta manera, el texto huye de artificios que dejen de lado la profundidad de la psicología de los personajes y su focalización se halla en las capacidades del ser humano para aprehender, sentir, experimentar, racionalizar, odiar y amar.  En cada uno de sus aspectos deambulan contradicciones inherentes a nuestra especie que el autor destapa y analiza meticulosamente hasta mostrar la pura realidad: nuestras virtudes, defectos, venturas y miserias. 
La crisis existencial en la que entra Willy Loman —a causa de que, después de tantos años, se da cuenta de que la vida no es lo que en un principio había planeado— actúa como resorte que acaba empujando todas las mezquindades que escondía tanto él como su núcleo familiar. Y la realidad es que, en su vejez: ni su trabajo —en el que ha dejado toda su energía a lo largo de treinta y cinco años— lo respeta, ni sus dos de hijos cumplen con sus expectativas. Se siente como desengañado, frustrado, deprimido y con tendencias al suicidio. Víctima de seguir unos preceptos que le han inculcado —el manido y falso “Sueño Americano” y su idea de progreso—, renuncia a sus potencialidades y a su verdadera personalidad y, por ende, a su libertad. Para más inri, esto lo inculca a su familia convirtiendo su entorno más cercano en algo postizo, artificial y fingido. 
La propuesta fílmica de Volker Schlöndorff es muy interesante por su puesta en escena teatral y por un magnífico trabajo actoral (especialmente Dustin Hoffman y John Malcovich). Sus discusiones, desencuentros, acercamientos y sentimientos que afloran en cada secuencia, son reconocidos por el público asistente dada su consustancialidad con la vida misma. 
Al final, el realizador alemán ha conseguido una cinta compleja y profunda que nos invita a realizar un ejercicio de introspección, sin faltar a cuestiones vitales cómo es el papel que la sociedad ejerce en nosotros, dinamitando nuestra esencia más primigenia. Muy recomendable.

DEATH OF A SALESMAN. 1985. Estados Unidos. Color. 135 Min.
Dirección: Volker Schlöndorff
Intérpretes: Dustin Hoffman, Kate Reid, John Malkovich, Stephen Lang, Charles Durning, Louis Zorich, Kathryn Rossetter, Jon Polito, David Chandler, Tom Signorelli, Linda KozlowskPesutic
Guion:  Arthur Miller. Teatro: Arthur Miller
Música: Alex North
Fotografía: Michael Ballhaus

(3) 1976 (2022), de Manuel Martelli

Principios humanitarios
Me parece muy interesante cómo esta obra muestra subrepticiamente la atmósfera gris y sombría que creó el dictador Augusto Pinochet en su horrendo régimen. En su visionado, podemos comprobar cómo la película evita sacar imágenes explícitas de las atrocidades cometidas por el citado general. Así, de resultas, el espectador puede identificarse a través de la angustia de Carmen, su personaje principal. Carmen, es una mujer de clase alta, esposa de un médico de prestigio y víctima de una educación patriarcal que experimenta una metamorfosis al conocer al joven revolucionario escondido en la abadía del clérigo. Es aquí donde el film hace una reflexión en torno al cambio que pueden experimentar las personas al ser testigo de la realidad de los acontecimientos que les rodean. Por tanto, la empatía —entendida como el hecho de realizarse como seres humanos y solidarizarse con el sufrimiento del otro— se erige como un concepto primordial. 
La policía de Pinochet, la DINA, está al acecho y la situación se tensa, Carmen, sin embargo, debe eludir todos los obstáculos. Tendrá a su lado al párroco —un valiente y, después, justificadamente atemorizado párroco— que, como buen cristiano, antepondrá sus principios humanitarios frente a las prácticas de un estado represivo e injusto. Creo que esta cinta es honesta y brava en este aspecto, y por eso, vale la pena verla.

1976. 2022. Chile. Color. 95 Min.
Dirección: Manuel Martelli
Intérpretes: Aline Küppenheim, Nicolás Sepúlveda, Hugo Medina, Alejandro Goic, Antonia Zegers, Carmen Gloria Martínez, Marcial Tagle, Amalia Kassai, Gabriel Urzúa, Mauricio Pesutic
Guion:  Manuela Martelli, Alejandra Moffat
Música: Mariá Portugal
Fotografía: Soledad Rodriguez

(1) EL AGUA (2022), de Elena López Riera

Indefinida
Sin negar sus buenas intenciones, traducidas en un una propuesta valiente y arriesgada en la que se condensan poesía, fantasía y realismo mágico, este film naufraga en sus propias aguas, unas aguas que en su origen simbolizaban su arma más poderosa y que apuntaba a que se podía estar fraguando una obra importante. 
Es una pena que la historia no acabe de funcionar y se desdibuje a medida que avanza el metraje. La leyenda, tan bella como poética, del río que se enamora y su influencia en la familia de la protagonista y, por extensión, en el lugar, pierde su fuerza quedando absolutamente exánime. A decir verdad, los otros elementos que intervienen no acompañan de ningún modo; amigos, familia, el amor adolescente... Además, algunas situaciones e interpretaciones quedan como postizas e inverosímiles, y la psicología y profundidad de los personajes no se acaban de definir. Fallida. 

EL AGUA. 2022. España. Color. 104 Min.
Dirección: Elena López Riera
Intérpretes: Laura Pamiés, Barbara Lennie,  Nieve de Medina, Alberto Olmo
Guion:  Philippe Azouri, Elena López Riera
Fotografía: Giuseppe Truppi

miércoles, 22 de febrero de 2023

(4) LOS AMANTES CRUCIFICADOS (1954), de Kenzi Mizoguchi

Amores imposibles
Las normas —tanto legales como consuetudinarias— se encuentran alejadas de las libertades individuales. Nos enfrentaríamos con un dilema ético si lanzáramos la pregunta sobre la justicia de cada reglamento que se aplica en los distintos escenarios que puedan existir. Sociedades de siglos atrás, sin valores puramente democráticos donde las diferencias jerárquicas estaban muy marcadas, eran entornos muy propicios para conculcar cualquier derecho humano. 
En el Japón del siglo XVII, dentro de una sociedad feudal, existía un gran desequilibrio de clases, además, la mujer desempeñaba un papel secundario. El adulterio estaba criminalizado, hasta el punto —siempre que no fuera un hombre acaudalado, claro— de llegar a la crucifixión como castigo. 
El film, aparte de reproducir la adaptación teatral (kabuki) del siglo XVII, dibuja un alegato en contra de las desigualdades sociales, de la misoginia reinante y de una sociedad donde la hipocresía y la doble moral estaba por todas partes. Es realmente triste observar las muestras de vasallaje, servidumbre y acatamiento de la población frente a aquellos personajes con más autoridad (nobles, empresarios, etc.). Atados en el metal de una cadena invisible, perenne y amenazadora, el ciudadano común sólo podía agachar la cabeza y hacer las reverencias pertinentes para no ser mordido por el colmillo del omnipotente "Gran Hermano" del poder estatal. 
Una organización social donde —especialmente el género femenino— estaba determinado y condicionado a una vida que no había sido elegida por la persona que la tenía que vivir. De este modo, podría tocarte pasarte una gran parte de tu existencia con un hombre que, además de tener más de treinta años de diferencia de edad-- no reunía, ni mucho menos, las condiciones necesarias que se necesitan para convivir con una persona. Por otra parte, el amor —entendido como aquel sentimiento de abnegación y afecto hacia otros— estaba maltratado y menospreciado, como una pulsión humana perversa que sólo estaba reservada para las clases más privilegiadas. 
En verdad, Los amantes crucificados, habla mucho sobre la pasión y las emociones del alma  —algo que en un principio es platónico, etéreo e intangible— y que después, a medida que los hechos conforman una figura con piezas de Eros, acontece en una excitación e ilusión valiosísima por lo que vale la pena venir a este mundo. También es una rebelión contra las normas absurdas de la sociedad cuando los dos amantes, a pesar de estar a punto de completar el suicidio, deciden tener derecho a la vida y amarse eternamente
Todos esos elementos son tratados de una manera sutil y acertada por Kenji Mizoguchi donde los escenarios, la puesta en escena y los movimientos de cámara son auténtica poesía visual, sobre todo en su última escena donde los protagonistas encima del pequeño caballo y de espaldas el uno del otro, van felices y contentos cogidos de la mano hacia su inexorable final .

CHICAMATSU MONOGATARI. 1954. Japón. Blanco y Negro. 102 Min.
Dirección: Kenzi Mizoguchi
Intérpretes: Kazuo Hasegawa, Kyôko Kagawa, Eitarô Shindô, Eitarô Ozawa, Ichiro Sugai, Haruo Tanaka, Yôko Minamida, Kazue Tamaki, Hiroshi Mizuno, Hisao Toake, Tatsuya Ishiguro, Chieko Naniwa
Guion:  Yoshikata Yoda, Matsutaro Kawaguchi. Obra: Chikamatsu Monzaemon
Música: Fumio Hayasaka
Fotografía: Kazuo Miyagawa

Las Hermanas de Gion (1936), Cuentos de la Luna Pálida de Agosto (1953), La Calle de la Vergüenza (1956)

domingo, 19 de febrero de 2023

(4) HOY EMPIEZA TODO (1999), de Bertrand Tavernier

La ayuda entorpecida
El trabajo asiduo por parte de los buenos samaritanos en la redistribución de la riqueza y la igualdad social convierte a ambos conceptos en sendas quimeras mojadas de utopía difíciles de alcanzar. Nos solemos quedar estupefactos cuando escuchamos las noticias y nos enteramos de poblaciones famélicas dejadas de la mano por parte de los dirigentes (internos o externos, da igual) sin ningún resultado satisfactorio. Enseguida, ponemos nuestro pincel en la paleta y elegimos —consciente, aunque parece que inconscientemente— el color invisible para pintar una connivencia que nos persigue y que la intentamos ahuyentar benevolentemente, pero no inútilmente. 
Daniel Lefebvre y Samia Damouni, profesor y asistenta social respectivamente, ejercerían los papeles de samaritanos mencionados en el primer párrafo. Ambos realizan sus pequeñas revoluciones para revertir una situación que ahoga a los más débiles y desfavorecidos. Daniel está a cargo de una escuela infantil en un barrio marginal del norte de Francia donde existe un treinta por ciento de paro debido a la crisis de la minería. Evidentemente está inmerso en un contexto entorpecido en el que las dificultades para el aprendizaje y la relación con las familias complican mucho más el ambiente. Aunque a menudo choca conta el muro de la burocracia administrativa y la sinrazón de los de arriba, no deja de luchar por sus principios y por sus responsabilidades tanto profesionales como morales con la vida que le ha correspondido. La ayuda de Samia, que se desmarca de la actuación absurda de su departamento, será crucial para afrontar los problemas que surgen. 
Por todo ello, Hoy empieza todo, es una obra demoledora, reflexiva y crítica con una sociedad que no suele priorizar el apoyo a los más necesitados. Tavernier arrastra la cámara y deja que las cosas ocurran con una planificación naturalizada. De este modo, disecciona y muestra los problemas trufados de complejidades y contradicciones en un lugar donde cada individuo tiene su drama personal
Daniel y Samia, casi indefensos ante la indiferencia y las falsas promesas, son dos claros ejemplos de honestidad e integridad. Aunque están en el peligro de entrar en el terreno resbaladizo de la hiperempatia (ponerse en el lugar del otro más de lo necesario puede convertirse en algo enfermizo), nos demuestran que, si nos esforzamos, hoy mismo puede comenzar todo para conseguir un mundo mejor. 

ÇA COMMENCE AUJOURD'HUI. 1999. Francia. Color. 107 Min.
Dirección: Bertrand Tavernier
Intérpretes: Philippe Torreton, Maria Pitarresi, Nadia Kaci, Didier Bezace, Veronique Ataly, Nathalie Bécue, Emmanuelle Bercot, Françoise Bette
Guion:  Dominique Sampiero, Tiffany Tavernier, Bertrand Tavernier
Música: Louis Sclavis
Fotografía: Alain Cloquart

sábado, 18 de febrero de 2023

(2) EL ENEMIGO DE LAS RUBIAS (1927), de Alfred Hitchcock

Pinitos hitchcocknianos
El recurso cinematográfico del suspense que como bien sabemos proliferará a lo largo de toda la filmografía del director es, en mi opinión, la fuerza motriz y el aspecto más interesante de este filme. Evidentemente, la expectación que se crea frente a la llegada del inquilino nos deja como espectadores inquietos y deseosos de saber qué ocurrirá en la trama. Espero que no se me malinterprete: no estoy diciendo que cualquier película que sea de suspense deba tener per se un suplemento de calidad, porque este recurso debe saberse manejar y para tal menester el realizador británico era un auténtico maestro. Sin embargo, el producto final tiene que ir más allá y presentar un metraje donde los diferentes subgéneros que acompañan a la incertidumbre propuesta, sean plausibles y convincentes. Desgraciadamente, estos se quedan equidistantes y, si bien elementos tan habituales en la literatura y el cine como el amor, los celos y la amistad se asoman desde un inicio y son cruciales para el desarrollo del tejido argumental, al final se convierten en algo secundario. Parece que todo haya sido metido con calzador para, de alguna manera, justificar así la intriga y el misterio. 
Con todo, hay que reconocer que la atmósfera —estimado expresionismo— está muy bien conseguida, con la niebla londinense como metáfora del acecho del crimen. No son inferiores, tampoco, las interpretaciones y los fantásticos recursos expresivos que el elenco actoral utilizan (tenemos que recordar que estamos hablando del cine silente y las dificultades a la hora de mostrar la fuerza interpretativa eran mayores). También hay que destacar secuencias memorables en cuanto al enamoramiento de Daisy y el huésped; gestos, miradas, muecas que ponen de manifiesto todos los sentimientos y emociones de los protagonistas. 
Volviendo otra vez hacia el lado negativo, hay algunos aspectos que pasan por inverosímiles como por ejemplo la retirada de los cuadros de las chicas rubias por parte del inquilino o la relación del triángulo amoroso. Además, el rol que desarrolla Joe, el novio de Daisy, queda confuso con su comportamiento hacia su pareja. Por cierto, ¿qué pasa al final con él? Para mí ha sido el héroe de la historia y, aun así, queda relegado cual perro de San Bernardo. 
Aunque este segundo trabajo del director tenga sus luces y sombras es importante subrayar que supuso un caldo de cultivo para sus producciones posteriores que tanto han aportado al arte cinematográfico. Ya se podía adivinar entonces lo que iba a venir después si nos fijamos en su puesta en escena y en su habilidad al combinar tensión, intriga y pellizcos de humor
Por último, me gustaría comentar dos elementos muy desacertados en la —si podemos llamarla así— “postproducción” (cosa que no es culpa de Hitchcock). Primero, la traducción al español del título anglosajón es absolutamente ignominioso, más propio de un grupo de pseudoglam como las Nancy Rubias que de una obra cultural. Y, por último, lo segundo es la aplicación de la música a las imágenes: a veces anacrónica y, la mayoría del metraje repetitiva, con unas subidas de sonido que han conseguido crisparme. No negaré que esto haya influido en mi percepción final.

THE LODGER: A STORY OF THE LONDON FOG. 1927. Reino Unido. Blanco y negro. 92 Min.
Dirección: Alfred Hitchcock
Intérpretes: Ivor Novello, Marie Ault, Arthur Chesney, June, Malcolm Keen, Eve Gray, Reginald Gardiner
Guión:  Alfred Hitchcock, Eliot Stannard. Novela: Belloc-Lowndes
Música: Thomas Newman
Fotografía: Gaetano di Ventimiglia

martes, 14 de febrero de 2023

(3) 1917 (2019), de Sam Mendes

Misión arriesgada
Un gran travelling sigue los movimientos y la misión encomendada a los dos jóvenes soldados británicos, Schofield y Blake. Su cometido no es en absoluto baladí: tienen que atravesar el territorio enemigo para entregar una carta que evitará la muerte de cientos de soldados, incluido el hermano de Blake. Han darse prisa, superar peligros e intentar sobrevivir porque puede que lleguen tarde. La mencionada técnica cinematográfica se utiliza brillantemente para enfatizar la premura del encargo de los protagonistas. 
La película destaca por dos aspectos que tienen la virtud de atraer a lo largo de todo su metraje la atención y el interés del espectador. Primeramente, podríamos subrayar su factura técnica y su puesta en escena que dotan a las imágenes de un asombroso realismo. Y, en segundo lugar, todos los valores humanos que transmiten su guion. Francamente, a veces cuesta hablar de humanidad en tiempos de guerra donde en cada respiración, en cada paso, la muerte acompaña a los contendientes. Pero sí, esta obra dimana la capacidad para sentir afecto, compresión y solidaridad hacia nuestros iguales (en este caso, habría que diferenciar entre “iguales” y “el resto”, porque todos estos conceptos se diluyen con respecto a los del bando contrario). 
Es difícil valorar los aspectos psicológicos en un contexto en el cual la vida está constantemente pendiente de un hilo, sin embargo, sí que es verdad —hay estudios que así lo avalan— que en situaciones de crisis es cuando solemos sacar lo mejor de nosotros mismos y fuerzas desde donde no las hay. En un breve espacio de tiempo, Schofield tendrá que enfrentarse con momentos de una gran tensión y con otros de una alta conmoción emocional: la explosión, la muerte de su amigo, la joven francesa y el bebé, el sorteamiento de los persistentes proyectiles…
Por su ritmo ágil, por su carácter antibelicista, por su enfoque en los sufrimientos y sentimientos de los personajes y por su espectacular realización, este film de Sam Mendes resulta muy interesante, didáctico y emocionante. Una carrera contrarreloj para salvar vidas, algo que -—si suprimimos su ámbito belicoso— suena revolucionario y rompedor. Es ahí cuando, los que observamos, nos sentimos partícipes de esta gran aventura cinematográfica.

1917. 2019. Reino Unido. Color. 119 Min.
Dirección: Sam Mendes
Intérpretes: George MacKay, Dean-Charles Chapman, Mark Strong, Richard Madden, Benedict Cumberbatch, Colin Firth, Andrew Scott, Daniel Mays, Adrian Scarborough, Jamie Parker
Guion:  Sam Mendes y Krysty Wilson-Cairns
Música: Thomas Newman
Fotografía: Roger Deakins

lunes, 13 de febrero de 2023

(2) MÁS ALLÁ DE LAS MONTAÑAS (2015), de Jia Zhangke

Enfrentamiento emocionales
A pesar de las claras referencias acerca de los cambios sociales acaecidos en la sociedad china, Mas allá de las montañas es un relato atemporal sobre aspectos emocionales relacionados con las vivencias de los seres humanos. La historia se abre con la pugna interior de Tao. Ella tiene que decidir entre el amor que le profesan Zang y Lianzi, ambos amigos de la infancia. El primero, rico, dueño de una gasolinera y el segundo, pobre, trabaja en una mina de carbón. Tao se decantará por Zang (con posterior relación tormentosa) y Lianzi acabará hundido, despreciándola y abandonando el pueblo. No obstante Tao le ayudará incondicionalmente muchos años después cuando éste contrae una enfermedad grave. El director fragmenta el devenir de la historia en tres bloques narrativos (cada uno rodado en diferente formato ensanchándose a medida que avanzan) —los años 1999, 2014 y 2025— donde se aprecian unos contrastes muy acentuados con los saltos de tiempo durante un cuarto de siglo. 
Como bien se puede observar en esta primera aproximación, conceptos como la toma de decisiones, la amistad, la solidaridad, el odio y el amor son pilares fundamentales en el desarrollo de la trama. 
Cada decisión tiene sus consecuencias. Así pues, Tao tendrá que afrontar una separación y además, fruto del patriarcalismo reinante, la pérdida de la custodia de su hijo. Todos estos elementos darán lugar a una historia de desapego: Zang, soberbio y enloquecido por amasar fortuna se establece en Australia (como semilla de un futuro mejor) con su hijo Dollar (nombre, obra de su padre, absolutamente clarificador). Éste llega a la adolescencia (a las puertas de la edad adulta) falto de identidad, desarraigado de su cultura, de su madre y todavía más, —a pesar de la cercanía— de su padre. Pero Dollar, encuentra en Mia (su profesora) algo así como la pieza que le faltaba para montar el puzle, una mezcla entre la figura materna que nunca tuvo y de la compañera sentimental que necesitaba para sentirse realizado. Es por ello que intenta abstraerse de su padre al no soportar su falta total de entendimiento (metaforizado muy bien en sus patéticas conversaciones con Mia como traductora entre el inglés y el mandarín). Una vez escapa de él, y para cerrar el círculo, determina visitar a su madre pero el miedo la frena. 
El film, como bien se puede entender, es un reflejo de la vida misma, muy bien tratado por su director quién además realiza una crítica a la pérdida de identidad y de los valores originales de la sociedad a causa del acercamiento del país hacia una especie de mercantilismo feroz, dónde van teniendo cabida elementos tan aterradores cómo la privatización y la corrupción.

SHAN GE GU REN. 2015. China. Color. 131 Min.
Dirección: Jia Zhangke
Intérpretes: Zhao Tao, Zhang Yi, Liang Jingdong, Dong Zijian, Sylvia Chang, Sanming Han, Zishan Rong
Guion:  Jia Zhangke
Música: Yoshihiro Hanno
Fotografía: Nelson Yu

miércoles, 8 de febrero de 2023

(2) LES MAGNÉTIQUES (2021), de Vincent Maël Cardona

Retratos de juventud
Retratos de juventud localizados en la Francia de los años 80 que llevan al protagonista a combinar su pasión: la radio y la música, con diferentes elementos propios del ambiente donde le ha tocado vivir. Así, sus sueños, su familia (ausencia de su madre) y el amor que profesa por Marianne (compañera sentimental de su hermano) interactúan en su comportamiento y en una personalidad tendente a la introversión. 
Con una puesta en escena más bien pedestre, la película tiene aspectos interesantes, con algunas ingeniosas reflexiones en cuanto a las relaciones personales y la utilización de una banda sonora de la época muy apropiada. El film, con la voz en off del protagonista, es una especie de declaración poética de los sentimientos hacia un tiempo anterior y, especialmente, hacia su hermano. Se echa en falta, sin embargo, algo más de profundidad tanto en los personajes como del entorno donde se desarrolla la acción.

LES MAGNÉTIQUES. 2021. Francia. Color. 98 Min.
Dirección: Vincent Mäel Cardona
Intérpretes: Thimotée Robart, Joseph Olivennes, Marie Colomb, Frédéric Vonhof, Fabrice Adde, Younes Boucif, Maxence Tual, Judith Zins, Philippe Frécon, Saadia Bentaïeb, Meinhard Neumann
Guion:  Vincent Maël Cardona, Chloé Larouchi, Maël Le Garrec, Rose Philippon, Catherine Paillé, Romain Compingt
Música: David Sztanke
Fotografía: Brice Pancot

sábado, 4 de febrero de 2023

(3) LA ÚLTIMA PELÍCULA (1971), de Peter Bogdanovich

Sociedad árida
Anarene, un pueblo pequeño,de la localidad de Texas a finales de 1951, es el microcosmos donde sus —estereotipados—habitantes ahogan sus obsesiones, moviéndose en unos espacios áridos y desérticos donde la falta de oxígeno para respirar libertad está al orden del día. 
Estamos hablando de un contexto en el que las normas sociales siguen un modelo preestablecido: diferencia de clases, la desigualdad de género, la familia, el matrimonio... Un pueblo cerrado donde la carencia de salidas y alternativas conduce a la gente, y especialmente a la juventud, a una vida repetitiva donde la desesperación conduce a una inexorable nada cotidiana. La atmósfera es oscura, densa y claustrofóbica, y la insatisfacción es generalizada. Por ella campa la infidelidad, la sumisión, la manipulación y el abuso de una manera totalmente normalizada. El billar y, sobre todo, el cine son metáforas de una necesidad de un cambio en la arquitectura del lugar y de la urgencia por huir. 
Los personajes conviven en una sociedad marcada por una clarividente patología con signos inequívocos como el comportamiento salpicado de caprichos de Jacy Farrou, la dependencia de los chicos y de Ruth Popper, el adulterio consentido, el amor perdido de Sam Lion o la pavorosa indiferencia de los hombres del pueblo frente al atropello del niño. 
La historia, basada en la novela homónima de Larry McMurtry, contiene una narración que se ajusta al paisaje desolador que presenta, con un sugestivo blanco y negro que contrasta con las señales de modernidad que aporta, especialmente las sexuales. 
La última película es un filme muy interesante que destaca por su acertado análisis social.

THE LAST PICTURE SHOW. 1971. Estados Unidos. Blanco y Negro. 118 Min.
Dirección: Peter Bogdanovich
Intérpretes: Timothy Bottoms, Jeff Bridges, Cybill Shepherd, Ben Johnson, Cloris Leachman, Ellen Burstyn, Randy Quaid, Sharon Taggart, John Hillerman, Clu Gulager
Guion:  Peter Bogdanovich, Larry McMurtry. Novela: Larry McMurtry
Música: Phil Harris, Johnny Standley, Hank Thompson
Fotografía: Robert Surtees