sábado, 29 de abril de 2023

(3) TRONO DE SANGRE (1957), de Akira Kurosawa

La profecía (auto)cumplida
través de la adaptación del Macbeth de Shakespeare ambientada en el Japón feudal, Kurosawa consigue un fantástico espectáculo visual dónde la ambición y la codicia impulsan la profecía del espíritu del bosque. 
El director, aparte de manejar con maestría toda la técnica cinematográfica, mantiene muy acertadamente los elementos fantásticos de la obra. Así, lo que en un principio iba a ser un cómodo viaje hacia una prolongación sempiterna de la amistad, se torna en un maremágnum de tensión, titubeo, desconfianza e incertidumbre. Y es que la visión y el vaticinio de la mujer harán tambalear todo el sistema de valores y creencias de ambos amigos. En la película entran en juego; la amistad, la lealtad, la traición y, especialmente, el ansia de poder. Washizu —como dice la canción que actúa como prefacio y epílogo del film— “era un guerrero fuerte en la lucha, pero débil ante su mujer”. De esta manera, la influencia e instigación de su esposa Asaji le conducirá a un callejón sin salida con destino al paroxismo final. 
Y para finalizar, una reflexión; el resultado final de esta historia, ¿es producto de la predicción de la anciana o, tal vez, Washizu o Miku, como dueños de su propio destino, son los que ocasionan su trágico final? La complejidad del ser humano está mostrada de manera notable en Trono de Sangre —reforzada por una excelente banda sonora que tensiona los momentos más trágicos— y con un Toshiro Mifune portentoso.

KUMONOSU-JÔ. 1957. Japon. Blanco y negro. 110 Min.
Dirección: Akir Kurosawa
Intérpretes: Toshirô Mifune, Isuzu Yamada, Takashi Shimura, Akira Kubo, Hiroshi Tachikawa, Minoru Chiaki, Takamaru Sasaki, Gen Shimizu, Kokuten Kôdô, Kichijiro Ueda
Guion:  Akira Kurosawa, Ryuzo Kikushima, Hideo Oguni, Shinobu Hashimoto. Obra: William Shakespeare
Música: Masaru Satô
Fotografía: Asakazu Nakai

(3) CUANDO DEJES DE QUERERME (2018), de Igor Lerraeta

La búsqueda de la identidad
Es curioso, pero nos pasamos toda la vida intentando encontrarnos a nosotros mismos. Una búsqueda infinita para conocernos de verdad. Conocer a nuestro otro “yo”, ese al que nunca nos han presentado ni hemos visto. Desafortunadamente, no llevamos un espejo interior que nos desvele de dónde venimos realmente. ¿Por qué hemos configurado un determinado carácter que paseamos en la actualidad en nuestros lugares comunes y ajenos? 
Esta introducción nos sirve para adentrarnos en la mente de la protagonista, Laura. Siendo niña, ella y su madre se marcharon del País Vasco tras, supuestamente, ser abandonadas por su padre. Después de muchos años, desde Buenos Aires, decide viajar con su padrastro a Euskal Herria debido a que un día recibe una llamada: el cuerpo de su padre acababa de ser encontrado enterrado en un bosque cercano, fruto de un asesinato en la nuca. 
Esta travesía iniciática por descubrir la verdad será como una experiencia catártica para Laura. Paulatinamente, irá deshilvanando todas las costuras hasta alcanzar una sorprendente realidad que le hará cerrar sus heridas. 
La obra juega inteligentemente con el suspense para mantener al espectador agarrado a su butaca. Además de las reflexiones que hemos apuntado en el párrafo primigenio, Legarreta aborda valientemente temas tan sensibles como la policía franquista o la organización armada ETA. Aunque algunas situaciones queden un tanto artificiales, sí que hay que reconocer al film saber conjugar una interesante expectación ante la trama junto a otras pulsiones humanas: las debilidades humanas (el padre de Laura), el amor incondicional (Egoskue) o la incertidumbre de cuáles son los sentimientos que nuestros progenitores tienen hacia nosotros (la propia Laura). En medio de todo Fredo —un fantástico Eduardo Blanco— queda como un islote, intentando meter cucharada con el objeto de integrarse en un complejo entramado familiar. Su personaje, crucial en el devenir de la historia, le da un fresco toque de humor a las situaciones que se le plantean. Por último, hay que destacar también la excelente interpretación de Florencia Torrente, que destila un inquietante fulgor dramático (los razonamientos desesperadamente profundos que le espeta a su padre en la emocionante escena de la lluvia).

CUANDO DEJES DE QUERERME. 2018. España. Color. 101 Min.
Dirección: Igor Lerraeta
Intérpretes: Flor Torrente, Miki Esparbé, Eduardo Blanco, Joaquín Climent, Antonio Dechent, Eneko Sagardoy, Kandido Uranga, Josean Bengoetxea, Itziar Aizpuru, Mario Pardo,
Guion:  Asier Guerricaechevarría, Jon Iriarte, Javier Félix Echániz
Música: Lucio Godoy
Fotografía: Imanol Nabea

miércoles, 26 de abril de 2023

(2) LLANTO POR UN BANDIDO (1964), de Carlos Saura

Bandoleros, reyes y liberales
Detrás de este filme de aventuras se esconde la crónica de siempre: un pueblo oprimido, pobre y que vive en la miseria, supeditado a la oligarquía que se personaliza en la figura de Fernando VII y su sexenio absolutista en el que se abolió la constitución de 1812 y se restituyeron los señoríos, los bienes incautados a la iglesia y los privilegios fiscales de los nobles. Los liberales fueron perseguidos y encarcelados. Es por ello que en esta obra —siendo fiel a la historia— se entremezcla la lucha de los liberales contra el ejército del rey y los bandoleros que se resistían a la tiranía autoritaria del monarca. Con guion de Mario Camus y del propio Saura la película (coproducida con Francia e Italia) se basa en la vida de José María Hinojosa "El Tempranillo", un bandolero español del siglo XIX que apoyó la causa liberal, atracando diligencias y desafiando al monarca. 
Llanto por un bandido es un filme entretenido que no se le puede negar su esfuerzo en las recreaciones de las batallas y en el tratamiento de las emociones de los personajes. Sin embargo, parece que en la mezcla de géneros se desvanece algo la fuerza y la intensidad que la trama requería. Podríamos decir que es un eurowestern más o menos fallido, pero que en sus buenos momentos —que los tiene— ya se vislumbran las virtudes venideras de este gran director.

LLANTO POR UN BANDIDO. 1964. España. Color. 98 Min.
Dirección: Carlos Saura
Intérpretes: Manuel Zarzo, Óscar Cruz, Juanjo Losada, Rafael Vargas, María Mayer, Luis Marín
Guion:  Carlos Saura, Mario Camus
Música: Carlo Rustichelli
Fotografía: Juan Julio Baena

martes, 25 de abril de 2023

(1) CORAZÓN SOLITARIO (1973), de Francesc Betriu

Sólida formación moral
Aunque parte de un argumento interesante, esta ópera prima de Francesc Betriu no acaba de funcionar. Su puesta en escena y la ejecución de su guion son un tanto ramplones, y, además, la cinta ha envejecido bastante mal a lo largo de estos años. Hay algunas secuencias introducidas con calzador (la oda a España —supongo que para agradar a la censura— en la secuencia del baile, en una suerte de pseudomusical) junto con escenas forzadas que resultan inverosímiles (como la muerte repentina de Rocío, la madre). 
La verdad es que la historia de Antonio; taciturno, ingenuo y virginal, en la búsqueda de una pareja a través de un consultorio sentimental y la posterior relación con ésta cuando llega a la ciudad, daba para un análisis profundo en cuanto a la soledad, la dependencia emocional y la instrumentalización de las personas. Y es que en la película no faltan estos personajes que intentan sacar provecho de los demás, como la misma Rocío o el empresario. Antonio se desvive por ella, pero Rocío solo piensa en triunfar como artista. 
El sello de Betriu junto con su humor negro, la parodia (“El último cuplé”) y su subrepticia crítica social, afortunadamente, está presentes en esta cinta, que también refleja una sociedad española gris y oprimida, alejada de la modernidad. Sin embargo, al film le ocurre como al protagonista que, en su carta de presentación para el consultorio se enorgullecía de su sólida formación moral: al final no le funcionó.

CORAZÓN SOLITARIO 1973. España. Color. 96 Min.
Dirección: Francesc Betriu
Intérpretes: Jacques Dufilho, La Polaca, Máximo Valverde, Queta Claver, Luis Ciges, Manuel Alexandre, Antonio Gamero
Guion:  Francesc Betriú, José Luis García Sánchez, Manuel Gutiérrez Aragón
Música: Carmelo A. Bernaola
Fotografía: José Luis Alcaine

lunes, 24 de abril de 2023

(4) DIES IRAE (1943), de Carl Theodor Dreyer

El mal es poderoso
Dies irae se basa en unos hechos reales acaecidos en el siglo XVII en la antigua Dinamarca. El director, aparte de realizar un fidedigno retrato de una época determinada, intenta transmitir la injusticia universal en forma de persecución por motivos fanáticos y de abuso de poder (en este caso infantil). 
Es importante destacar el fantástico plantel interpretativo que contiene la película y, en especial, la actuación de Sigrid Neiiendam en el papel de Merete, la desconfiada madre del pastor. 
Carl T. Dreyer demuestra una vez más ser un extraordinario artesano en la realización. En esta obra desarrolla una minuciosa puesta en escena acompañada de una diestra utilización de la cámara y demás herramientas cinematográficas (sombras, luces, fotografía, primeros planos, planos generales, escenografía, vestuario...). Además, tiene la virtud de combinar un guion interesante que capta al espectador desde el primer instante para, a lo largo del desarrollo del film, plantearnos reflexiones profundas acerca de la intolerancia (caza de brujas), del poder de decisión personal (Anne, la hija de la bruja indultada) y de la importancia de nuestras primeras etapas en la vida (la juventud perdida de Anne). 
Entremedio queda el amor impuesto, donde la protagonista experimenta la atracción y el afecto con la venida de su hijastro. La historia de ambos actúa como contrapeso a una paranoia religiosa que al final imperará porque como muy bien dice Malet Herlofs, condenada a la hoguera, el mal es poderoso.

VREDENS DAG 1943. Dinamarca. Blanco y Negro. 105 Min.
Dirección: Carl Theodor Dreyer
Intérpretes: Thorkild Roose, Lisbeth Movin, Sigrid Neiiendam, Preben Lerdorff Rye, Anna Svierkier, Albert Hoeberg
Guion:  Carl Theodor Dreyer, Poul Knudsen, Mogens Skot-Hansen. Obra: Hans Wiers Jenssen
Música: Paul Schierbeck
Fotografía: Carl Andersson


sábado, 22 de abril de 2023

(3) LA CALLE DE LA VERGÜENZA (1956), de Kenzi Mizoguchi

Disección de la prostitución y su entorno
partir de una proposición de ley del Parlamento Japonés en la que se plantea la prohibición de la prostitución, esta película denuncia la situación de desamparo de un gran número de mujeres japonesas que se ven obligadas a ejercer dicha actividad para sobrevivir en un burdel del barrio rojo de Tokio. Familias con problemas económicos y desprotegidas socialmente se asoman en este duro y crudo relato que Miziguchi dibuja adherido a una espeluznante cotidianeidad. De esta manera, reflejando a la vez realidad y sociedad, las víctimas están sometidas a un recurrente sufrimiento donde la humillación se convierte en la ardua y pesada cuchara de la subsistencia. Sin embargo, como ya mostrara Luis Buñuel en Viridiana, no hay ninguna regla de tres que indique que una persona desfavorecida tenga que ser bondadosa. Así, hay veces que las víctimas se convierten en verdugos (la relación entre Yasumi que embauca y engaña a Aoki para pagar una fianza con el fin de liberar a su padre que ha sido encarcelado injustamente). 
El film está repleto de situaciones muy tristes y verdaderamente dramáticas que Miziguchi retrata y reproduce a la perfección a través de unos espacios y una atmósfera engañosamente liberal para algunos, y asfixiante para otras. El director denuncia también a los dueños de los prostíbulos que se erigen como la quintaesencia de la desfachatez al asumir el irónico rol de asistentes sociales en detrimento de un estado, según ellos, incapaz de cuidar de sus conciudadanos. 
De un ambiente insano surgen, como es de esperar, la locura y la ira incontrolada. Sin embargo, una vez que la rueda recorre su vuelta, todo vuelve a empezar como en la fantástica escena final, donde la vergonzante realidad inicia su periódico itinerario hasta alcanzar otro final distinto en la forma, pero igual en el fondo.

AKASEN CHITAI. 1956. Japón. Blanco y Negro. 85 Min.
Dirección: Kenzi Mizoguchi
Intérpretes: Machiko Kyô, Aiko Mimasu, Ayako Wakao, Michiyo Kogure, Eitarô Shindô, Kumeko Urabe, Bontarô Miake, Haruo Tanaka, Daisuke Kato, Hisao Toake
Guion:  Masashige Narusawa. Novela: Yoshiko Shibaki
Música: Toshiro Mayuzumi
Fotografía: Kazuo Miyagawa

Las Hermanas de Gion (1936), Cuentos de la Luna Pálida de Agosto (1953), Los Amantes Crucificados (1954)

viernes, 21 de abril de 2023

(3) ALMA NEGRA (1948), de Lewis Allen

Claroscuro humano
Algunos expertos en sociología afirman que, en ocasiones, el ser humano no se corrompe porque no tiene la ocasión de hacerlo. Es decir; si lo tuviera al alcance, el asunto sería harina de otro costal. De lo contrario, ¿cómo es posible que esta altruista misionera robe y, al final, mate? El ejemplo sociológico hace referencia al hecho de cuando la ambición humana se convierte en perversión, sin embargo, nuestra protagonista tiene un motivo digamos (y ponemos entre comillas) "racional": Lo hace y se mueve por amor, ese amor ciego que anula la misma voluntad para someterse a los dominios de otro que no es más que la persona amada. También afecta el contexto social victoriano ya la represión que, como mujer, sufre. De alguna forma, esa perversión moral le otorga un poder de cotas inimaginables, un poder que la hace sentir bien. 
Lewis Mille dibuja una maraña de obcecación amorosa, de extorsión y corrupción que estalla especialmente en la débil personalidad de una Olivia que, en plena sociedad victoriana, se encuentra reprimida por su condición de mujer. Todos los acontecimientos que aparecen tienen una influencia notable en los personajes, de tal modo que se produce un vuelco muy marcado en el fuero interno de ambos protagonistas. Ese juego asimétrico se armoniza en una cuidada puesta en escena y fotografía donde los contrastes se equiparan a la perfección en el claroscuro humano que dimana la atmósfera del film. .

SO EVIL MY LOVE. 1948. Regne Unit. Color. 112 Min.
Dirección: Lewis Allen
Intérpretes: Ray Milland, Ann Todd, Geraldine Fitzgerald, Leo G. Carroll, Raymond Huntley, Raymond Lovell, Martita Hunt, Moira Lister, Roderick Lovell, Muriel Ake
Guión:  Ronald Millar, Leonard Spigelgass. Novela: Joseph Shearinge
Música: William Alwyn, Victor Young
Fotografía: Mutz Greenbaum

(2) DENTRO DEL LABERINTO (1986), de Jim Henson

No tienes poder sobre mí
Una mezcla de elementos fantasiosos y cuentos de hadas abren la mente de Sarah, una adolescente que se rebela contra la indiferencia de sus padres. A partir de ahí, es todo un deleite acompañar el peligroso y sugerente camino que emprende para recuperar a su hermano pequeño Toby. Jareth, el rey de los Goblins, protagonizado por David Bowie —quien aporta también una atrayente y adecuada banda sonora— será el ingrediente desestabilizador que intentará obstaculizar sus propósitos. 
Dentro del laberinto es un film fantástico, muy entretenido (hay en él reminiscencias de “La princesa prometida”) que también supone un canto a la igualdad (de ahí la frase: “no tienes poder sobre mi”), a la solidaridad y a la amistad, pero, especialmente, es una reivindicación a la importancia de creer en nosotros mismos y en nuestra fortaleza interior.

LABYRINTH. 1986. Reino Unido. Color. 86 Min.
Dirección: Jim Henson
Intérpretes: Jennifer Connelly, David Bowie, David Goelz, Toby Froud, Natalie Finland, Shelley Thompson, Christopher Malcolm, Frank Oz, Ron Mueck, Brian Henson
Guion:  Terry Jones
Música: Trevor Jones. Canciones: David Bowie
Fotografía: Alex Thomson

miércoles, 19 de abril de 2023

(3) FONTAINE D. C. "Skinty Fia" (2022)

Textos, ritmos y melodías
He de confesar que cada vez que me adentro en el pantanoso terreno de las etiquetas musicales suelo perderme en un laberinto del que no puedo salir. ¿Qué estilo de música presenta este último disco de Fontaine D.C.? Yo no sabría qué contestar. Si consulto en Wikipedia encuentro que es un grupo de post-punk revival, al parecer un subgénero del indie-rock. En fin, multitud de —fútiles— eufemismos para definir a las vertientes naturales del rock. 
Dicha mi opinión, en el preámbulo de este artículo, acerca de las pajas mentales que existen sobre las nomenclaturas musicales, es importante darle valor a este trabajo de los irlandeses Fontaine D. C. Primero por sus letras trabajadas y profundas que van desde lo trascendental a lo existencial y luego por su música, marcada por un bella e inquietante obscuridad. Sonidos rasgados, distorsionados e hipnóticos forjan un estupendo álbum. No faltan sus querencias y homenajes al lenguaje gaélico. De hecho, el título del disco Skinty Fia” es una expresión gaélica que significa literalmente “La maldición del ciervo”, pero se usa en algunos entornos rurales para decir “¡Me cago en la leche!”. El disco contiene temas más sombríos y experimentales; "How Cold Love Is", "Bloomsday", "Big Shot", cercanos al pop; "Roman Holiday", "I Love You", tendentes a lo melodioso: "n ár gCroíthe go deo", "Nabokov", "Jackie Down The Line" y hasta una suerte de nana; la bellísima composición con acordeón "The Couple Across The Way"
En definitiva, Skinty Fia es una interesante colección de textos, ritmos y melodías para degustar y revisitar.

Grabado en: Dublín
Duración: 44:52
Canciones: 10
Sello discográfico: Partisan Records
Productor/es: Dan Carey

sábado, 15 de abril de 2023

(3) LOS GOLFOS (1960), de Carlos Saura

¿Y si fracaso?
Por mucho que nos empecinemos en dibujar de colores nuestra existencia —ya sea en las manifestaciones artísticas o en la pedagogía cotidiana— es importante no olvidar la parte humana y, por ende, vulnerable de la vida. Y es que, aunque intentemos obviarlo, somos hijos del fracaso, del error y de la contradicción. 
No lo olvida Carlos Saura en su ópera prima. Para ella contó con actores no profesionales (a excepción de Manolo Zarzo). En esta historia de corte realista (con escenarios naturales y una excelente fotografía) enmarcada en los arrabales de Madrid de los años 50, un grupo de chicos desconectados de su entorno, abandonados por la sociedad, se dedican a realizar pequeños hurtos en el centro de la ciudad. Con el objeto de ayudar a Juan, uno de sus amigos, para conseguir el dinero suficiente que le permitiera debutar como torero, planean diferentes robos. 
Al visionar este film es inevitable pensar en Los inútiles de Federico Fellini y en la pandilla de jóvenes veinteañeros que intentan vivir a costa de sus familiares y amigos. La similitud entre ambos films lo encontramos en el desarraigo que ambas bandas experimentan. Ahora bien, la cuadrilla de Saura vive en la periferia con muchas penurias económicas y se apartan de esa actitud plenamente hedonista de la obra del director italiano. 
Las escenas de los robos son contundentes, no exentas de violencia. En la actitud de los protagonistas se refleja cómo era la sociedad española de aquellos años: patriarcal, machista, atrasada, pobre y desigual. La solidaridad, entendida como el apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, aparece en el grupo que serán solidarios con sus amigos, pero no con los demás. No obstante, se aprecia en ellos un sentimiento de pertenencia, cuasi familiar que choca frontalmente con su comportamiento hacia la otra parte de la sociedad. Maneras de actuar y de sobrevivir altamente arriesgadas que acaban con el trágico final de uno de ellos. 
El final de la película, me parece absolutamente sensacional y metafórico. Ya lo decía Juan a sus amigos: ¿y sí fracaso?, ellos le contestaban“ no fastidies Juan, eso no puede ser”. En nuestra mentalidad de “Reyes Magos” esperaríamos un “happy end hollywodense” con Juan triunfado en su estreno y llevándose a Visi, su novia en brazos como Richard Gere en Oficial y Caballero”. Pero no, la corrida no sale bien y al toro cuesta Dios y ayuda matarlo. Metáfora de una vida que hay que lidiar con ella, una vida dura y rebozada de fracasos.

LOS GOLFOS. 1960. España. Blanco y Negro. 88 Min.
Dirección: Carlos Saura
Intérpretes: Manuel Zarzo, Óscar Cruz, Juanjo Losada, Rafael Vargas, María Mayer, Luis Marín
Guion:  Carlos Saura, Mario Camus, Daniel Sueiro
Música: Antonio Ramirez Ángel, José Pagán
Fotografía: Juan Julio Baena

martes, 11 de abril de 2023

(3) LA COSTILLA DE ADÁN (1949), de George Cukor

Los clichés masculinos puestos en entredicho
Lo que reza el titular, es fácil hacerlo ahora, sin embargo, tendría que ser valiente y arriesgado ponerlo en practica setenta años atrás en la cultura occidental. Entre las muchas capacidades que amalgama este film, destaca el hecho innovador de mostrar un alegato a favor de la igualdad de género donde se cuestiona y se pone sobre el tapete aspectos logrados y dogmatizado por la sociedad
Tanto la fuerza de su presencia, como la manera de actuar de Katheleen Hepburn, hacen tambalear hábitos y vicios adquiridos en el contexto patriarcal, cosa que invita al espectador a reflexionar y plantearse la virulencia y agresividad de unos patrones marcados a base de costumbres. 
Cómo hemos comentado en el párrafo anterior, la película ofrece un importante abanico de posibilidades que van desde la ya mencionada equidad de sexos hasta las relaciones laborales matrimoniales. Todo esto, para un observador objetivo le podría parecer una historia dramática —que lo es— sin embargo, su realizador lo compagina y alterna con unas divertidas e inteligentes dosis de comedia. Se palpa en el ambiente una fascinante lucha de sexos: ¿quién tiene razón?, también un sugestivo juego ético: intento de asesinato, ¿justificado o no? Asuntos que nos empujan a pensar profundamente en valores humanísticos. 
Y así, entre la risa y la consideración detenida van pasando los minutos de un metraje trazado por la sabia maestría de Cuckor donde podemos encontrar su punto más álgido en el magnetismo, la gracia y la naturalidad de la pareja protagonista.

ADAM'S RIB. 1949. Estados Unidos. Blanco y Negro. 101 Min.
Dirección: George Cukor
Intérpretes: Katharine Hepburn, Spencer Tracy, Judy Holliday, Tom Ewell, David Wayne, Jean Hagen, Hope Emerson, Eve March, Clarence Kolb, Emerson Treacy, Polly Moran, Will Wright, Elizabeth Flournoy
Guion:  Ruth Gordon, Garson Kanin
Música: Miklós Rózsa
Fotografía: George J. Folsey

viernes, 7 de abril de 2023

(3) UN HOMBRE LOBO AMERICANO EN LONDRES (1981), de John Landis

Terror y diversión
Le tengo un considerable afecto a este film de John Landis porque tiene un magnetismo especial. A lo largo del tiempo se ha convertido en un recurso para visionarla en cualquier ocasión ya que ofrece un entretenimiento asegurado. En la obra pesan mucho más sus virtudes que sus defectos (que también los tiene, como por ejemplo la falta de profundización en la psicología de los personajes). Sin embargo, su principal mérito radica en mezclar diferentes géneros cinematográficos como terror, comedia y humor negro —algunos, como podemos ver, muy distantes de otros— con un resultado final que, lejos de ser un batiburrillo infumable, es más que satisfactorio
En los primeros compases nos da la impresión que estamos asistiendo a un film de serie B de Roger Corman: la niebla, el paisaje, la taberna, la hostilidad, las caras poco amigables de la clientela… Luego pasamos a algo parecido al videoclip “Thriller” de Michael Jackson (dirigido, por cierto, por Landis) y entretanto aparecen pinceladas de comedia negra junto con momentos cáusticos que hacen que pasemos del estremecimiento a la risa en un período de tiempo muy breve. Cuando el realizador se ocupa de cada género en las imágenes, nuestras sensaciones se ajustan a lo que vemos, esto es; nos aterramos y nos divertimos sin que nos dé la impresión de estar viendo algo descabellado y forzado. De hecho, los inversores de la película dijeron, en un primer momento, que el guion era demasiado terrorífico para ser una comedia y demasiado cómico para ser una película de terror. John Landis demostró lo contrario y esto, a mi parecer, es el máximo valor y exponente de este trabajo
Pero volviendo al principio lo que más me gusta es esa combinación de géneros y, especialmente, el tono de comedia gamberra (el protagonista en una sala porno hablando con cadáveres). En resumidas cuentas; muy entretenida, con estupendos efectos especiales y maquillaje, y con una estética ochentera impagable. 

AN AMERICAN WEREWOLF IN LONDON. 1981. Reino Unido. Color. 97 Min.
Dirección: John Landis
Intérpretes: David Naughton, Jenny Agutter, Griffin Dunne, John Woodvine, Lila Kaye, Brian Glover, Frank Oz
Guion:  John Landis
Música: Elmer Bernstein. Canciones: Creedence
Fotografía: Robert Paynter

domingo, 2 de abril de 2023

(4) EL SEDUCTOR (1971), de Don Siegel

Elementos trastornadores
La historia que cuenta esta película, basada en la novela "A Painted Devil" de Thomas P. Cullinan, es absolutamente contundente porque no da espacio a ningún tipo de sentimiento edulcorado. Al contrario, trata al género humano tal y como es: con sus virtudes y defectos, desembocando en una espiral de malevolencia que acaba perturbando al espectador. 
Características tan humanas —y a veces tan escondidas— como el interés sexual o la habilidad malintencionada para conseguir rédito de los demás, toman un rumbo protagonista a lo largo del metraje. Está claro que el hecho de estar dentro de la guerra civil americana, donde tu vida está en juego, o formar parte de un grupo de chicas de diferentes edades en un internado (la represión sexual que comporta el hecho de no tener contacto masculino ni tampoco poder experimentar ningún sentimiento de atracción emocional y sexual) son elementos detonantes para que los episodios se disparen. La cinta de Don Siegel es una constante lucha de intereses en la que cada personaje tiene un pasado oculto (los confederados, los yanquis, la necesidad de un hombre en el internado, una relación incestuosa, el abuso en la chica de color...) que de algún modo produce un gran efecto en sus personalidades. 
Escenas memorables e impactantes como la conciencia de la pérdida de la pierna del protagonista y la actuación de la niña con las setas envenenadas, hacen de este filme una auténtica joya que invita a pensar y reflexionar en torno a las relaciones y actuaciones de los humanos en circunstancias de extrema tensión.
Fantástica también la puesta en escena, así como el microcosmos del internado, la cuidada naturalidad de los pocos exteriores que salen y el elenco actoral, con unos grandísimos Clint Eastwood y Geraldine Page. Una obra que trata de forma exquisita todos los elementos tan dispares y trastornadores que muestra. Hay que verla.

THE BEGUILED. 1971. Estados Unidos. Color. 109 Min.
Dirección: Don Siegel
Intérpretes: Clint Eastwood, Geraldine Page, Elizabeth Hartman, Jo Ann Harris, Darleen Carr, Mae Mercer, Pamelyn Ferdin, Melody Thomas, Peggy Drier
Guion:  Albert Maltz, Grimes Grice. Novela: Thomas Cullinan
Música: Lalo Schifrin
Fotografía: Bruce Surtees