sábado, 19 de octubre de 2019

(4) CUERPO Y ALMA, de Robert Rossen (1947)

Golpe de gancho al capitalismo
Lo primero que llama la atención de este film, independientemente de la profundidad de su propuesta, es que estamos ante una obra de artesanía perfecta con una historia que engancha desde el primer momento. Contextualizada en el mundo del boxeo, Cuerpo y alma lanza un mensaje clarificador denunciando la corrupción que hay detrás de esta modalidad deportiva y, por extensión, a los demás ámbitos de la vida, esto es: una sociedad jerarquizada e injusta, con el poder perverso en su cúspide cuyo principal cometido será la instrumentalización del pueblo para exprimirlo y extraerle todo el rédito económico posible. Con tal argumentación, su guionista, Abraham Polonsky, le propinó un buen golpe de gancho al capitalismo (después vendría la conocida e ignominiosa Caza de Brujas, que, como bien se sabe todavía se aplica en diferentes territorios del globo terráqueo).
La crueldad de sus imágenes —con acciones abanderadas por un Roberts, jefe del hampa, sin escrúpulos— son estremecedoras. Charley, el protagonista, proveniente de una familia humilde, fagocitado por la nube organizativa de turbiedad de la atmosfera que se respira, llegará al absoluto desencanto y su sueño se desvanecerá al ver alejarse a sus seres queridos.
En definitiva, una brillante película en la que hay que destacar la excelente interpretación de John Garfield.  

BODY AND SOUL. 1947. USA. Blanco y Negro. 104 Min.
Dirección: Robert Rossen
Intérpretes: John Garfield, Lilli Palmer, Hazel Brooks, Anne Revere, William Conrad, Joseph Pevney, Lloyd Gough, Canada Lee
Guión: Abraham Polonsky
Música: Hugo Friedhofer
Fotografía: James Wong Howe

sábado, 12 de octubre de 2019

(2) LA FORMA DEL AGUA, de Guillermo del Toro (2017)

 Conexión interior 
Aunque todos entramos dentro de la categoría de seres humanos, la distancia entre nosotros es, en algunos casos, abismal. Tal como rezaba la teoría platónica: somos esclavos de nuestro cuerpo y nuestra apariencia acalla todo lo que realmente escondemos en nuestro interior. De esta manera, cuesta encontrar a un igual con el cual podemos conectar y, por ello, a lo largo de nuestra existencia nos topamos con multitud de personas toxicas de las cuales hemos de huir cuanto antes. 
El film filtra esa conexión a través de un relato fantástico contextualizado en plena guerra fría. El sello de Guillermo del Toro es innegable: su encomiable construcción poética y su mágica ambientación con ecos ensoñadores nos trasladan a un universo único e irrepetible. Ahora bien, a pesar de lo comentado, La forma del agua me parece una obra menor, con algún defecto de guion —alejada de otros títulos suyos como Cronos (1993) o El Laberinto del Fauno (2006)— aunque en global se deja ver con agrado.

THE SHAPE OF WATER. 2017. USA. Color. 119 Min.
Dirección: Guillermo del Toro
Intérpretes: Sally Hawkins, Doug Jones, Michael Shannon, Octavia Spencer, Richard Jenkins, Michael Stuhlbarg, Lauren Lee Smith, David Hewlett, Nick Searcy, Morgan Kelly, Dru Viergever, Maxine Grossman, Amanda Smith, Cyndy Day, Dave Reachill
Guión: Guillermo del Toro, Vanessa Taylor
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Dan Lausten

jueves, 10 de octubre de 2019

(2) BIRD BOX, de Susanne Bier (2018)

 Futuro opresivo
Conozco dos estupendas películas de Susanne Bier: Después de la boda (2006) y En un mundo mejor (2011). En ambas, la realizadora demuestra ser una fantástica contadora de historias que adopta un atrayente tono reflexivo y una gran dosis de profundidad en cada una de ellas. De hecho, su visionado me llevó a decidirme hace un tiempo a ir conociendo toda su filmografía. Sin embargo, he de confesar que me he topado con esta cinta perteneciente a Netflix por casualidad y he descubierto su autoría en los créditos finales. 
A decir verdad, esta producción sí que se aparta bastante de su estilo tan peculiar de cine de autora, tal vez porque la adaptación del libro no da para muchos argumentos de análisis. No obstante, hay que reconocer que la película tiene ritmo y mantiene la atención del espectador hasta el final. 
El film es algo así como una metáfora apocalíptica del futuro de nuestra especie. Una advertencia de lo que nos puede pasar si continuamos emponzoñando el planeta a través de guerras imperialistas y maltratos ecológicos. El desarrollo de la trama y la puesta en escena recuerdan a series como The Walking Dead, en las cuales existe una continua tensión en cada secuencia. 
El resultado final es, en general, satisfactorio especialmente por el sello personal de Bier (que se nota, sobre todo, cuando entran en conflicto distintas personalidades en la lucha por sobrevivir). La obra cuenta, además, con actores de renombre: el gran John Malcovich y Sandra Bullock —un poco inverosímil lo del embarazo— que también es productora ejecutiva del film.

BIRD BOX . 2018. USA. Color.124 min.
Dirección: Susanne Bier
Intérpretes: Sandra Bullock, Trevante Rhodes, John Malkovich, Sarah Paulson, Jacki Weaver, Danielle Macdonald, Julian Edwards, Vivien Lyra Blair, Rosa Salazar, BD Wong, Tom Hollander, Machine Gun Kelly, David Dastmalchian, LilRel Howery, Happy Anderson, Amy Gumenick, Parminder Nagra, Taylor Handley, Keith Jardine, Chanon Finley, Damon O'Daniel, Matt Leonard
Guión: Eric Heisserer (Novela: Josh Malerman)
Música: Trent Reznor, Atticus Ross
Fotografía: Salvatore Totino

sábado, 5 de octubre de 2019

(3) JEFFERSON AIRPLANE "SURREALISTIC PILLOW" (1967)

En San Francisco, hasta enero del año 1967 el LSD estaba permitido y a partir de entonces se ilegalizó. Grupos como Greatful Dead o Jefferson Airplane eran abanderados de dicha sustancia. Esta "almohada surrealista" que vamos a comentar la podríamos calificar como un extracto de esa filosofía de vida abrazada al hedonismo.
Surrealistic Pillow es un excelente trabajo de la banda californiana Jefferson Airplane compuesta por once pinceladas psicodélicas envueltas por la inquietante voz de Grace Slick.
Esta obra se caracteriza por ser un intento de ir más allá, esto es; en cada corte la banda no expresa solo pasión por el blues, beat o rock, sino que hallamos algo nuevo, original y diferente que llama poderosamente la atención: no se parece a nada de lo escuchado anteriormente. Además de este rasgo innovador, el disco se distingue por la guitarra ácida de Jorma Kaukonen trufada con ritmos refulgentes que están condensados en un sugerente binomio folk-rock. Conocido como el álbum del “Verano del amor” destaca por piezas emblemáticas como los hits “Somebody to Love” y la lisérgica e himno del hipismo “White Rabbit”: una fascinante lectura psicodélica de “Alicia en el país de las maravillas” a través del ácido que fue grabada en 1966 cuando el LSD aún era legal.
Asimismo cuenta con melodías cadenciosas como "How do You Feel”, “Today” o “Come Back to me”, animosos y enérgicos cortes rock; “She Has a Funny Car”, viajes hacia la luminosidad; “D.C.B.A.”, psicodelia poppy; “My Best Friend” y “3/5 of a Mile in 10 seconds” e hipnóticos instrumentales como “Embryonic Journey”. La guinda a este fantástico plástico la encontramos —valga la redundancia— con la estupenda “Plastic Fantastic Lover”, expeditivo trallazo rockero y verbal con una atractiva conjunción grupal.    

Canciones destacadas en el disco (clicar para escuchar): 
Somebody to Love
White Rabbit
Plastic Fantastic Lover
D.C.B.A.

Para escuchar el disco completo:
Jefferson Airplane "Surrealistic Pillow" (1967)

(3) PAISÀ, de Roberto Rossellini (1946)

 La cruda realidad
Unos de los mayores logros de este filme de Rosellini es que muestra la cruda realidad tal como es. Normalmente las historias de la vida, más aún si se basan en contiendas belicosas, no terminan bien. Sin embargo, la industria cinematográfica se ha encargado un montón de veces de edulcorar guiones, para sacarles, claro está, más rédito. Y así es como el realizador italiano —en esta segunda película de su llamada "trilogía neorrealista" sobre la guerra— dibuja un espeluznante paisaje dividido en seis partes, todas separadas e interconectadas al mismo tiempo mediante la liberación de Italia por los aliados. 
En el primer relato podemos disfrutar de poesía pura cuando surge el encuentro entre Carmela y el Sargento Joe. La diferencia del idioma no supone ningún obstáculo para sacar la luz de las emociones de cada uno. Bello sentimiento profundo que sólo puede truncar la violencia de las guerras y que conduce a la miseria más absoluta del segundo episodio; donde la relación entre el niño y el militar estadounidense dejará a este último trastornado por la desdichada vida del primero. 
La tercera parte habla de todo lo que hubiera podido ser y que no es cuando estamos inmersos en un conflicto bélico. Relaciones imposibles y, sobre todo, la necesidad de sobrevivir. Necesidad por culpa del hambre, sombra que acecha con sus garras preparadas. La población, Francesca en este caso, tiene que resistir como sea y es aquí donde el director plantea la injusticia social de la prostitución. 
El amor roto, la lucha de religiones y el abatimiento de partisanos y americanos por parte de las tropas alemanas -en la cuarta, quinta y sexta sesión, respectivamente- junto a la utilización de actores no profesionales muestran y enfatizan, más si cabe, ese panorama desolador y de sufrimiento que quiere transmitir el film. Absolutamente recomendable. 

PAISÀ . 1946. Italia. Blanco y Negro.
Dirección: Roberto Rossellini
Intérpretes: Maria Michi, Gar Moore, Carmela Sazio, Dots M. Johnson, Harriet White, Bill Tubbs, Dale Edmonds
Guión: Federico Fellini, Roberto Rossellini, Sergio Amidei
Música: Renzo Rossellini
Fotografía: Otello Martelli