sábado, 29 de abril de 2023

(3) TRONO DE SANGRE (1957), de Akira Kurosawa

La profecía (auto)cumplida
través de la adaptación del Macbeth de Shakespeare ambientada en el Japón feudal, Kurosawa consigue un fantástico espectáculo visual dónde la ambición y la codicia impulsan la profecía del espíritu del bosque. 
El director, aparte de manejar con maestría toda la técnica cinematográfica, mantiene muy acertadamente los elementos fantásticos de la obra. Así, lo que en un principio iba a ser un cómodo viaje hacia una prolongación sempiterna de la amistad, se torna en un maremágnum de tensión, titubeo, desconfianza e incertidumbre. Y es que la visión y el vaticinio de la mujer harán tambalear todo el sistema de valores y creencias de ambos amigos. En la película entran en juego; la amistad, la lealtad, la traición y, especialmente, el ansia de poder. Washizu —como dice la canción que actúa como prefacio y epílogo del film— “era un guerrero fuerte en la lucha, pero débil ante su mujer”. De esta manera, la influencia e instigación de su esposa Asaji le conducirá a un callejón sin salida con destino al paroxismo final. 
Y para finalizar, una reflexión; el resultado final de esta historia, ¿es producto de la predicción de la anciana o, tal vez, Washizu o Miku, como dueños de su propio destino, son los que ocasionan su trágico final? La complejidad del ser humano está mostrada de manera notable en Trono de Sangre —reforzada por una excelente banda sonora que tensiona los momentos más trágicos— y con un Toshiro Mifune portentoso.

KUMONOSU-JÔ. 1957. Japon. Blanco y negro. 110 Min.
Dirección: Akir Kurosawa
Intérpretes: Toshirô Mifune, Isuzu Yamada, Takashi Shimura, Akira Kubo, Hiroshi Tachikawa, Minoru Chiaki, Takamaru Sasaki, Gen Shimizu, Kokuten Kôdô, Kichijiro Ueda
Guion:  Akira Kurosawa, Ryuzo Kikushima, Hideo Oguni, Shinobu Hashimoto. Obra: William Shakespeare
Música: Masaru Satô
Fotografía: Asakazu Nakai

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