sábado, 8 de diciembre de 2018

(2) BOHEMIAN RHAPSODY, de Bryan Singer (2018)

 
La sinergia en la creación musical 
Es difícil ser objetivo en el análisis de un film cuando todo lo que ocurre en las imágenes forma, de alguna manera, parte de ti. Si has sido un seguidor de esta formación, si conoces al dedillo su discografía, si cada tema que escuchas pertenece a la banda sonora de tu vida o si revives tu adolescencia a través de su música; muy mala tiene que ser la película para que no vibres al verla. 
He de reconocer que cuando apareció el tráiler no me dio buenas sensaciones. Solo veía a meros imitadores y tenía el presentimiento de que iba a ser un insoportable melodrama plañidero. No obstante, la obra tiene sus aspectos de interés centrados, especialmente, en los problemas emocionales y miedos de su protagonista; su vulnerabilidad como ser humano a pesar de su simbólica deidad ("Ven a verme cuando sepas quien eres", frase crucial que le espeta el camarero al final de la fiesta). 
El film embute, sin embargo, demasiado contenido en la narración —radiografía la evolución del grupo desde sus inicios y lo combina con una especie de biopic del cantante— cosa que afecta negativamente el resultado final. Asimismo, se echa en falta una profundización en la formación musical de Mercury y una indagación más completa en la psicología de los personajes ya que algunas relaciones aparecen como muy esquemáticas. Por otra parte, es inevitable que después de las constantes elipsis, el espectador más avezado en el conocimiento de la banda, advierta algún que otro gazapo (¿la creación de "We Will Rock You" con Freddy con el pelo corto?). 
De cualquier modo, la película está realizada con una gran factura y muy bien interpretada. Contiene, igualmente, acertados apuntes en cuanto a la idiosincrasia de Queen, grupo que no podría existir sin la participación de cada integrante; los cuatro son magníficos compositores que han aportado innumerables hits a la banda (de ahí que el magnate de la discográfica —aunque también por motivos financieros—, plantee la excelente “You’re my best friend” de John Deacon en vez de “Bohemian Rhapsody”). Tenían un líder visible, pero todos eran conscientes que la participación de cada uno era crucial para el buen funcionamiento del conjunto. Además, el hundimiento personal de Freddy Mercury en su periplo en solitario —que también lo fue en lo musical (menudo truño Mr. Bad Guy)— se plasma perfectamente en la historia hasta llegar al emotivo Live Aid
Queen fue una gran banda, especialmente hasta 1980 (The Game), luego fueron decayendo. A través de su larga trayectoria han aportado un gran puñado de buenas canciones y discos. De vez en cuando aparece una fiebre enfermiza por la banda quemando parte de su repertorio (casos como “We are the Champions" o “We Will Rock you”). Me dolería que ahora, aprovechando el tirón de esta cinta o de sus anteriores musicales, se explotara hasta la saciedad la imagen icónica de Freddy Mercury (tal y como hicieron con la figura de Che Guevara) o que una pieza tan asombrosa y clasicista como Bohemians Rapsody deviniera en una suerte de “música de Mercadona”. 
Por último, una cuestión relacionada con el comportamiento de los espectadores en las salas de cine. Existe la mala costumbre de no esperarse hasta la finalización de los títulos de crédito. Esta vez, además de dichos títulos, teníamos imágenes impagables de un concierto de Queen en su época de esplendor. Si no lo quieres ver, lárgate, pero, por favor, no te quedes como una estatua poniéndote el abrigo y molestando a los demás.

BOHEMIAN RHAPSODY. 2018. USA. Color. 
Dirección: Bryan Singer
Intérpretes: Rami Malek, Joseph Mazzello, Ben Hardy, Gwilym Lee, Lucy Boynton, Aidan Gillen, Tom Hollander, Mike Myers, Alien Leech, Aaron McCusker, Jess Radomska, Max Bennet, Michelle Duncan
Guión: Anthony McCarten (HIstoria: Anthony McCarten, Peter Morgan)
Fotografía: Newton Thomas Sigel

Música: John Ottman (Canciones Queen)

No hay comentarios: