sábado, 14 de agosto de 2021

(3) LA PIANISTA, de Michael Haneke (2001)

La imprecisa y desconcertante funcionalidad humana
Nuestras pulsiones, deseos y emociones enterradas debajo de una flamante capa cubierta de cultura e intelectualidad, como un sustrato de inseguridades latentes que pugnan por asomarse a la superficie. Así podríamos definir la perturbadora propuesta de este controvertido y valiente director austriaco quién, a través de una planificación sobria, fría y contundente, muestra un entramado de rasgos y cualidades humanas indescifrables a los ojos de cualquier intento de observación objetiva. 
La influencia de una madre excesivamente controladora y, por ende, castradora, bloquea la libertad interior de cualquier persona. Después, una amalgama de afecciones y pasiones escondidas jugarán con la posibilidad de salir al exterior con un incierto funcionamiento. 
Erika, profundamente disoluta, extrae de la chistera sus bajas pasiones a un enamorado Walter, cuya tortuosa relación le obligará a enfrentarse a sus demonios. 
Enfermiza y decepcionantemente real. Haneke lo consigue una vez más; nuestras conciencias quedan removidas y la incomodidad que sentimos, a lo largo del metraje, queda huérfana de respuesta.

LA PIANISTE. 2001. Francia. Color. 126 Min.
Dirección: Michael Haneke
Intérpretes: Isabelle Huppert, Benoît Magimel, Annie Girardot, Anna Sigalevitch, Susanne Lothar, Udo Samel
Guion: Michael Haneke. Novela: Elfriede Jelinek
Música: Martin Achenbach
Fotografía: Christian Berger

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