domingo, 14 de julio de 2019

(3) SIN RETORNO, de Miguel Cohan (2010)

La ética al servicio de la vida
El punto de partida de Sin retorno es una propuesta que contiene un espinoso planteamiento moral: ¿Qué haríamos nosotros, como padres, si nuestro hijo atropellara a otra persona y este hubiera ocultado tal suceso? Seguramente, en primera instancia, elegiríamos la opción más aparentemente sensata como es la de denunciar el hecho a la policía. Sin embargo, en la vida, los episodios que acaecen no suelen ser tan sencillos y a veces la dualidad corazón-mente puede entrar en un conflicto difícil de resolver.
Federico Samaniego y Víctor Marchetti son las dos víctimas de la trama (exceptuando al hijo de Víctor y su fatal desenlace). El primero será el falso culpable y el segundo se encontrará desamparado ante la falta de resultados por parte de la acción policial. Ambos serán los que moverán los hilos de la investigación de manera separada en el espacio y en el tiempo; Víctor para descubrir el autor del fallecimiento de su hijo y Federico —una vez liberado de la prisión y con el afán de encontrar una reparación ante su injusticia— para encontrar al verdadero responsable de la muerte.
El film cuenta con un inteligente guion cuyas historias paralelas que se van acercando y entremezclando hasta llegar a la confrontación final. Su final abierto es muy interesante al hacernos reflexionar acerca de los sentimientos de culpa y la responsabilidad unida al deber, a la obligación y a la ética. Y es que cada acto que realizamos en la vida tiene sus consecuencias, sin vuelta de hoja y sin retorno a su punto de inicio.

SIN RETORNO . 2010. Arg. Color.
Dirección: Miguel Cohan
Intérpretes: Leonardo Sbaraglia, Federico Luppi, Martín Slipak, Luis Machín, Bárbara Goenaga, Ana Celentano
Guión: Miguel Cohan, Ana Cohan
Música: Lucio Godoy
Fotografia: Hugo Colace

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