viernes, 20 de diciembre de 2019

(4) EL FOTÓGRAFO DEL PÁNICO, de Michael Powell (1960)

 
Perturbación fílmica 
Martin Scorsese fue quién recuperó y lanzó esta película presentándola en el Festival de Cine de Nueva York de 1979. Posteriormente pasó por los circuitos comerciales con gran aceptación.
El fotógrafo del pánico hace una excelente radiografía de la psicopatía a través de Mark, un joven aparentemente inofensivo y tranquilo, con signos de llevar una vida recta que, sin embargo —como suele pasar en la realidad detrás de este halo de pacifismo que desprenden este tipo de personas— esconde un sinfín de carencias afectivas y emocionales.
Sobrecoge el hecho que, desde el primer instante, el espectador es consciente que, en cualquier momento, alguna cosa nos va a sorprender. Sensación de desasosiego que se mezcla con otra estimulante y placentera al advertir que estamos delante de una obra diferente e inusual. Los minutos avanzan, la inquietud crece: no sabemos si identificarnos con el personaje principal, si empatizar con él o no. Ese es para mí otro de los grandes logros del film, a saber: ese juego emocional que nos sugiere el realizador en el cual nuestra mente se proyecta con la del protagonista.
La trama y la estética (fantástico el uso del color y de la música) que propone Powell es absolutamente estremecedor. Todo encaja perfectamente: el tormento de su infancia arrastrado en forma de trastorno a la edad adulta, su trabajo como escudo para perpetrar sus crímenes, el resquicio de sana esperanza que supone la relación con Helen, la intuición de la madre ciega, el psiquiatra… Cada uno de estos conceptos se aúnan hasta desconcertar al espectador mediante un combinado de sadismo, voyerismo y misoginia.  

PEEPING TOM. 1960. USA. Color. 109 Min.
Dirección: Michael Powell
Intérpretes: Karlheinz Böhm, Moira Shearer, Anna Massey, Maxine Audley, Esmond Knight, Michael Goodlife, Shirley Anne Field, Barlett Mullins, Jack Watson, Nigel Davenport, Pamela Green
Guión:  Leo Marks (Historia: Leo Marks)
Música: Brian Easdale, Wally Stott
Fotografía: Otto Heller

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