sábado, 2 de noviembre de 2019

(3) AMADOR, de Fernando León de Aranoa (2010)

Los dramas de la inmigración y la dependencia 
En Amador quedan reflejados dos tipos de dramas que están muy enquistados en nuestra sociedad. El primero es el de la inmigración: Marcela emigra a España con el fin de encontrar un trabajo y una economía con la cual ayudar a su familia, no obstante, se topa con el eco de la explotación —personificado en empleadores capaces de ofrecer trabajos de muchas horas a sueldos ínfimos y sin seguridad social—. El segundo sería el de los ancianos dependientes: Amador, desprovisto del amparo de su familia y del Estado, tiene que pasar sus últimos momentos sin la atención merecida, suerte que encuentra en Marcela un alivio a su situación. A pesar que ambos protagonistas son dos mundos absolutamente diferentes, se establece entre los dos un lazo muy fuerte que se va acrecentando a largo de su relación.
Resaltar la hermosa conexión con Puri, la prostituta que visita cada jueves a Amador; dos seres marginales con conversaciones aparentemente vulgares pero que encierran una inmensa profundidad acerca de la sabiduría de la vida.
Fantástica la ambientación y la realización de Aranoa a través de las soberbias interpretaciones de Magaly Solier y Celso Bugallo: gestos, miradas directas y huidizas, sonrisas cuasi imperceptibles…, hacen que el drama que subyace en cada historia personal cobre más sentido en este film didáctico, social y comprometido.
 
AMADOR. 2010. Esp. Color. 112 Min.
Dirección: Fernando León de Aranoa
Intérpretes: Magaly Solier, Celso Bugallo, Pietro Sibille, Sonia Almarcha, Fanny de Castro, Antonio Durán, Eleazar Ortiz, Raquel Pérez, Manolo Solo, Mayra Terry
Guión: Fernando León de Aranoa
Música: Lucio Godoy
Fotografía: Ramiro Civita

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