lunes, 16 de noviembre de 2020

(3) TODOS A CASA, de Luici Comencini (1960)


 La guerra no ha terminado
Además de didáctica —pues pone de manifiesto lo que ocurrió a partir del armisticio entre Italia y las fuerzas aliadas en 1943— esta estupenda película conjuga a las mil maravillas el drama y la tragedia de la guerra. Aun así, Comencini es capaz de introducir magistralmente, y no con calzador, unas entrañables escenas cómicas. Sin embargo, como se ha comentado, la historia no esconde las necesarias escenas dotadas de momentos realmente duros: muertes crueles de personajes por los que el espectador se siente identificado. 
El resultado es una obra cercana al neorrealismo, antibelicista (grandes secuencias como las conversaciones con el soldado americano acerca de la importancia de la vida en detrimento de las contiendas) y un canto a la solidaridad con un fantástico plantel de actores encabezados por la gran personalidad del todoterreno Alberto Sordi. Su final —después del largo y sinuoso camino con intentos fallidos por regresar a casa— expone el cuento de nunca acabar: un mundo henchido de guerras interminables sustentadas por prohombres con delirios de grandeza.

TUTTI A CASA. 1960. Italia. Blanco y Negro. 105 Min
Dirección: Luigi Comencini
Intérpretes: Alberto Sordi, Serge Reggiani, Martin Balsam, Carla Gravina, Eduardo De Filippo, Claudio Gora, Didi Perego, Mario Feliciani
Guion: Agenore Incrocci, Furio Scarpelli, Luigi Comencini, Marcello Fondato
Música: Angelo Francesco Lavagnino
Fotografía: Carlo Carlini

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