jueves, 28 de diciembre de 2023

(4) SONATA DE OTOÑO, d'Ingmar Bergman (1978)

Catarsis familiar
La profundidad humana enmarcada dentro de la pantalla. Un lugar en el que los sentimientos y las emociones afloran sin quedarse bajo el maquillaje que a menudo esconde la esencia de las personas. Existe una diferencia abismal entre el cine —llamado— de entretenimiento, tan aséptico y artificial y ese tipo de arte con el que Ingmar Bergman fue un auténtico maestro. Y es que no puede diseccionarse y analizarse mejor el alma humana, y por extensión su psicología, como lo hace el director sueco. 
En Sonata de otoño se muestran unas relaciones aparentemente sanas y honestas que no lo son tanto cuando pasan por el filtro del comportamiento humano junto con el inexorable paso del tiempo. La puesta en escena —absolutamente teatral— contiene escenas memorables como cuando la madre y la hija comienzan a realizar una catarsis relatando sus experiencias interiores hacia sus relaciones. Menciones, recuerdos y retraimientos que si no salen a la luz aún estropean más todo el vínculo personal y familiar. 
La relación conflictiva maternofilial es el eje que conduce el filme, una pugna que en realidad es una mezcla de debate y de tratar de comprender al otro, al menos, para apaciguar una ira latente que ha permanecido a lo largo de los años. 
Es imposible no identificarse con la hija y sentir un vacío ante la distancia y la desconexión de la madre. Al fin y al cabo, son rasgos que están conectados con carencias afectivas y emocionales y que se convierten en forma de egolatría y sumisión. 
Los diálogos, las reflexiones a propósito de los sentimientos interiores son sensacionales y tienen su reflejo en la magistral escena del piano con la ejecución del preludio Opus 28 núm. 2 de Chopin donde no son necesarias las palabras, sólo los hechos y los gestos.

HÖSTSONATEN. 1978. RFA. Color. 99 Min.
Dirección: Ingmar Bergman
Intérpretes: Ingrid Bergman, Liv Ullmann, Lena Nyman, Halvar Björk, Marianne Aminoff, Erland Josephon
Guion:  Ingmar Bergman
Música: Georg Friedrich Händel
Fotografía: Sven Nykvist

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