jueves, 2 de octubre de 2008

(3) LOS GIRASOLES CIEGOS, de José Luis Cuerda [2008]

Adaptación de la novela homónima de Alberto Méndez en la que se narra uno de los miles de episodios trágicos que ocurrieron en la España de la posguerra.
Al sentirse desorientado –como los girasoles ciegos- un seminarista diácono, alférez del bando nacional y atormentado por su pasado sanguinario, es enviado por el rector a una escuela para dar clases a niños. A partir de ahí, al sentirse atraído por la madre de un alumno comienza a aflorar toda su personalidad patológica con una obsesión enfermiza hacia la nueva figura que perturba su “espiritualidad”. Su intento de relacionarse choca frontalmente con el modus vivendi de la mujer y su familia: Republicanos, con su marido escondido tras un armario, con su niño pequeño de siete años y su hija, embarazada, escapando al exilio, intentando alcanzar la frontera portuguesa con su novio (perseguido por comunista y “poeta revolucionario”).
La película, muy bien realizada y ambientada con un fiel reflejo de la época, muestra la connivencia de la Iglesia con el régimen político de los vencedores y todo el aparato represor de la maquinaria franquista –simbolizado en el personaje de Salvador, el seminarista-. Por el contrario los vencidos no tienen más remedio que vivir angustiosamente: mintiendo, escondiéndose y midiendo sus actos para no ser engullidos por el torbellino fascista.
Análisis aparte merece el personaje del joven diácono. Su hipocresía y su doble moral desencadenan en una disonancia cognitiva capaz de desorganizar su mente: El “no matarás” se contrapone con su participación en la guerra (en la “Santa Cruzada”) y el no claudicar a las tentaciones del demonio con su fijación en la mujer. Esa misma represión que aplicaban los vencedores (sobrecogedora la escena de la policía falangista en casa de la familia) es la que le salpica al joven Salvador. Su auto-represión sexual –siguiendo los absurdos preceptos del nacionalcatolicismo- le lleva a expresar anormalmente sus sentimientos, a manejarlos incorrectamente. Después del dramático final -ya en la confesión-, su tormento mayúsculo necesita de la redención del rector quien le impondrá su penitencia a cambio del perdón y el olvido (magnífica la metáfora).
Tal y como afirmó su director la película “es un retrato de cómo la represión corrompe los sentimientos. Resaltar la interpretación de Raúl Arevalo en su papel de lascivo seminarista y el guión del genial Rafael Azcona (la película sirvió como homenaje póstumo).

LOS GIRASOLES CIEGOS
. 2008. Esp. Color.
Dirección: José Luis Cuerda
Intérpretes: Maribel Verdú, Javier Cámara, Raúl Arévalo, Roger Princep, Irene Escolar, Martín Rivas, José Angel Egido
Argumento: Adaptación de la novela de Alberto Méndez
Guión: Rafael Azcona y José Luis Cuerda
Fotografia: Hans Burmann
Música: Lucio Godoy

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