sábado, 5 de febrero de 2022

(3) VAMPYR (1932), de Carl Theodor Dreyer

El miedo está en nuestra mente
Vampyr puede llegar a ser desconcertante en el sentido de estar observando unas imágenes que nos llevan constantemente a la confusión. Sin embargo, ese elemento distorsionador es su principal estímulo, pues va en consonancia con la atmósfera que dimana la obra
Dreyer propone —al igual que ese estado entre sueño y vigilia que experimentamos cuando no sabemos si estamos dormidos o despiertos—un film absolutamente onírico con pinceladas surreales y expresionistas. Su cautivadora imaginería pictórica, que viaja a través de la estremecedora utilización de las luces y las sombras, nos conduce a una extraña sensación de desasosiego y tensión. Y es que, desde los primeros compases, nos identificamos con su protagonista, con quien compartimos el afán por descubrir el terrorífico misterio que vaga a su alrededor. 
No sabemos si todo aquello que acaece es fruto de la imaginación de una cabeza obsesionada por los fenómenos sobrenaturales, si es algo real o, por el contrario, inexplicable. Simplemente avanzamos junto al personaje principal a través de la simbología (guadaña, movimientos de sombras…), de los pocos diálogos y de la música acuciante que refuerza a golpes de efecto el sobresalto general. 
Un film a caballo entre lo comprensible y lo ininteligible, entre el cine silente y el sonoro (rodada inicialmente como muda, se le añadieron posteriormente los escasos diálogos que contiene), entre la realidad y la ficción, entre lo consciente y lo inconsciente que, con su innovadora propuesta —una manera diferente de afrontar el lenguaje fílmico, mostrando imágenes a partir de la mente, perturbada o no, del protagonista— ha influenciado sobremanera en el cine posterior. 
Extraña, distinta, hipnótica y, especialmente, atractiva por alguna de sus impactantes escenas (en particular la del entierro de Allan Grey)

VAMPYR - DER TRAU DES ALLAN GREY. 1932. Alemania. Color. 68 Min.
Dirección: Carl Theodor Dreyer
Intérpretes: Julian West, Sybille Schmitz, Henriette Gérard, Albert Bras, Jane Mora, Maurice Schutz, Jan Hieronimko, Rena Mandel
Guión:  Carl Theodor Dreyer, Christen Jul. Novela: Joseph Sheridan Le Fanu
Música: Wolfgang Zeller
Fotografía: Rudolph Maté

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