lunes, 30 de septiembre de 2024

(4) EL ACUSADO, de Yvan Attal (2022)

It's not your fucking body!
Fue Sam Carter, cantante de la banda Architects, quien en su espectáculo presenció cómo un chico manoseaba a una chica que estaba haciendo crowdsurfing y de inmediato detuvo el concierto para denunciar el execrable acto, catalogándolo como intolerable. "It's not your fucking body!" (¡No es tu puto cuerpo!), gritó el vocalista, dando una solemne lección al agressor y ejemplificandocómo se deben frenar en seco todas estas acciones tan repugnantes e irrespetuosas.
Nunca he soportado el comportamiento abominable de algunos hombres hacia las mujeres cuando buscan obtener placer sexual sin su consentimiento. No entiendo cómo hay gente que se cree con el derecho de tocar a otras personas sin su permiso. Al final, sin embargo, todo tiene una razón. No podemos obviar la sociedad patriarcal y machista en la que vivimos. La educación y todo lo que se ha mamado desde la infancia produce un lazo cognitivo inseparable del contexto social.
Lo hemos vivido recientemente. Aunque ha habido polémicas (algunas interesadas), se necesitaba una ley que blindara el derecho individual de las mujeres. No entraré en más detalles sobre esto, ya que nos desviaría del tema. Lo menciono porque esta película va más allá y cuestiona las interpretaciones malintencionadas que se hacen posteriormente de un delito de este tipo. Por eso la defino como una película muy valiente porque desafía la norma ampliamente aceptada de que, si una mujer actúa de determinada manera, es porque quiere, o que el hombre, como figura masculina dominante, tiene todo el derecho sobra la mujer.
Hay que decir que esta obra es una auténtica delicia. A pesar de mostrar un drama judicial bastante estandarizado, cuenta con una construcción narrativa muy bien fragmentada a base de flashbacks y elipsis. Las interpretaciones son excelentes, y la película es técnicamente notable, con un contenido muy interesante y didáctico. Teniendo en cuenta esto, te engancha desde una de sus primeras secuencias, cuando en un programa radiofónico Claire, una ensayista conocida por su feminismo, discute con otra invitada sobre unos inmigrantes que habían violado a una mujer. No obstante, al enterarse de la denuncia contra su hijo Alexandre por violación, comienza a tener una lucha interna mental en la que intervienen sus principios y el hecho de que la víctima es la hija de su actual pareja.
En mi opinión, la gran virtud de este trabajo es su capacidad para hacerte reflexionar y dudar en la fina línia que separa lo legar y lo moral. La cámara deja que las cosas pasen y, muy inteligentemente, actúa a veces fuera de campo. Una herramienta que otorga más maestría a las imágenes. Imprescindible.

LES CHOSES HUMAINES. 2022. Francia. Color. 132 Min.
Dirección: Yvan Attal
Intérpretes: Ben Attal, Suzanne Jouannet, Charlotte Gainsbourg, Mathieu Kassovitz, Pierre Arditi, Audrey Dana, Benjamin Lavernhe, Judith Chemla, Franz-Rudolf Lang, Laëtitia Eïdo, Camille Razat, Julie Fournier
Guion: Yvan Attal, Yaël Langmann. Novel·la: Karine Tuil
Música: Mathieu Lamboley
FotografíaRémy Chevrin

(3) NO ESPERES DEMASIADO DEL FIN DEL MUNDO, de Radu Jude (2023)

Amarga realidad
Es necesario reflexionar sobre cómo está conformada la sociedad en la actualidad. En los últimos cien años hemos pasado por diversos sistemas políticos y económicos, pero, al final, el pueblo siempre sufre. Así las cosas, nos encontramos ante la sempiterna dualidad y el eterno continuo opresores-oprimidos. Para retratarlo artísticamente, Radu Jude recurre a la comedia negra para ofrecer una mirada profunda sobre la opresión en la que están sumidos aquellos que deben luchar incansablemente para ganarse la vida. De este modo, la película muestra la imposibilidad de las personas de alcanzar un estado permanente de bienestar.
Es chocante el humor negro que utiliza, pero realmente el film no deja títeres sin cabeza, ya que la crítica está presente en todas partes. En el mismo saco entran el capitalismo asfixiante, la explotación laboral y las empresas corruptas que incumplen las leyes de seguridad laboral.
La última escena es realmente poderosa, donde se instrumentaliza a una víctima de un accidente laboral para justificar la irresponsabilidad empresarial. Una imagen absolutamente deshumanizadora que refleja una indefensión que se acentúa aún más por la manipulación de las altas esferas.
Me gusta su estilo visual y el tono irónico que emplea, así como sus dualidades. Por un lado, están las escenas de la película rumana de los años ochenta ("Ángela sigue adelante", de Lucian Bratu). Como un rompecabezas, se integran perfectamente en la trama, mostrando los contrastes físicos del momento: una Rumanía bajo el comunismo y otra bajo el capitalismo, así como las diferencias técnicas: el color para las secuencias antiguas y el blanco y negro para la película actual. Esto nos viene a decir que, aunque las condiciones de vida han evolucionado, gran parte de las dinámicas y luchas por sobrevivir persisten.
Por otro lado, aparece la ambivalencia entre la comedia y el drama, ya que detrás de ese humor excéntrico y peculiar se oculta una amarga verdad sobre la realidad. Como he mencionado antes, el humor negro está siempre presente. El personaje de Bobita es demoledor y el director lo equilibra a la perfección, ya que esta comicidad oculta una grisura que envuelve la vida de los personajes.
Su título, aunque desesperanzador (porque no hay más allá de lo que tenemos aquí), es al mismo tiempo optimista: nos está diciendo que disfrutemos del presente.

NU ASTEPTA PREA MULT DE LA SFÂRSITUL LUMII. 2023. Rumanía. Color i B/N. 163 Min.
Dirección: Radu Jude
Intérpretes: Ilinca Manolache, Ovidiu Pirsan, Nina Hoss, Dorina Lazar, Katia Pascariu, Laszlo Miske, Uwe Boll
Guion: Radu Jude
Fotografía: Marius Panduru

domingo, 29 de septiembre de 2024

(3) UNA BONITA MAÑANA, Mia Hansen-Løve (2023)

Un bonito retrato de la vida
Creo, honestamente, que esta obra es un hermoso canto a la vida, un ejemplo didáctico de su realidad para aquellos que tienen la suerte de vivir en el Primer Mundo, a salvo de guerras y penurias. No sé exactamente dónde se encuentra, pero existe una línea divisoria en nuestro continuo vital en el que tocamos los pies en el suelo. Efectivamente, llegará un momento, tarde o temprano, en el que la carga de vivir en este mundo se volverá pesada. Sin embargo, hay aspectos más poderosos que todo esto y, aunque la muerte nos espera, estos aligerarán los episodios vividos.
Sandra Kienzle se enfrenta todo esto cada día. Tiene una hija pequeña, Linn, y su padre padece una enfermedad degenerativa. Junto con su familia trata de buscarle una residencia para mayores. Al mismo tiempo, se reencuentra con un viejo amigo, Clément, que está casado y comienzan una relación clandestina.
Uno de los puntos fuertes de la película es su manera de abordar abiertamente la vida. Problemas, obstáculos e ilusiones se entremezclan. La protagonista lucha por levantar la cabeza, por sentirse realizada y por darle sentido a la existencia. Son muy emotivas y de especial relevancia las distintas imágenes del padre, cómo se va deteriorando y cómo esto impacta en el alma de la protagonista.
Técnicamente, la película es de alta calidad. Hermosos escenarios, una luminosa fotografía, un guion muy bien tejido y unas interpretaciones convincentes. Como he comentado, un bello retrato —como la bonita mañana que evoca su sugerente título— que vale la pena ver.

UN BEAU MATIN. 2023. Francia. Color. 105 Min.
Dirección: Andrea Jaurrieta
Intérpretes: Léa Seydoux, Pascal Greggory, Melvil Poupaud, Nicole Garcia, Camille Leban Martins, Sharif Andoura, Elsa Guedj, Kester Lovelace
Guion: Mia Hansen-Løve
Fotografía: Denis Lenoir

(2) NINA, de Andrea Jaurrieta (2024)

Venganza asociada a justicia
No se puede negar el interés que subyace en esta película, pues en ella se hace un tratamiento bastante importante de la pederastia y la cultura de la violación. Si este tema en la actualidad supone adentrarse en terrenos pantanosos, imaginémonos como sería hace treinta y cinco años en un pueblo de la sociedad vasca de la época donde las cosas se sabían, pero nadie hacía nada. También es positivo que la película explore el impacto que el trauma tiene en las víctimas a lo largo de sus vidas, sin dejar de lado el análisis psicológico de quienes sufrieron abusos durante su adolescencia a manos de personas con trastornos patológicos. 
Desde ese punto de vista, este trabajo me parece valiente y necesario. Sin embargo, en mi opinión, la estructura narrativa presenta fallos significativos. La cohesión entre el guion, la música, el tempo y los diálogos parece estar desajustada. Esto afecta el ritmo de la película, y en varios momentos se siente que hay metraje de más, lo que hace que la obra, en su forma actual, podría haber funcionado mejor con una duración menor que concentrara sus principales virtudes.
A pesar de estas debilidades, quiero destacar el final, que me parece particularmente efectivo. La película se presenta como una historia de venganza, un concepto que todos llevamos arraigado en nuestro interior, ya que lo asociamos con la idea de justicia. Sin embargo, ambos conceptos se confrontan e intentamos ser ecuánimes cuando la llevamos a cabo. El final de la película logra capturar esta dualidad de manera efectiva, y el diseño visual en rojo potencia aún más su significado.
En definitiva, un film con bastantes altibajos, que cuenta con una sobresaliente interpretación de Patricia López Arnaiz, pero, lamentablemente, esto no es suficiente para elevarla al nivel de una gran película.

NINA. 2024. España. Color. 105 Min.
Dirección: Andrea Jaurrieta
Intérpretes: Patricia López Arnaiz, Darío Grandinetti, Iñigo Aranburu, Mar Sodupe, Ramón Agirre, Aina Picarolo, Silvia de Pé, Daniel Vitallé, Sara Ramos, Eneko Gutiérrez, Leyre Berrocal, Unai López de Armentia
Guion: Andrea Jaurrieta
Música: Zeltia Montes
Fotografía: Juli Carné Martorell

(4) SORRY WE MISSED YOU, de Ken Loach (2019)


  Desmontando el relato capitalista
La crisis financiera de 2008 causó estragos en una gran parte del mundo. Familias asfixiadas por las deudas, despidos, gente sin trabajo, desahucios y recortes a diestro y siniestro. Subsistir —ya no la realización personal— se erigió como el único y supremo objetivo a alcanzar. El mundo se desmoronó como un castillo de naipes, fruto de un feroz capitalismo que —en vez de salvar a las personas— hurgó más en la herida con el rescate a los bancos y las mermas sociales.
Ken Loach refleja esta sordidez en la figura de Ricky, un padre de familia quien, tras muchas dificultades y una entrevista esperanzadora, consigue encontrar trabajo. En un principio, se suponía que era autónomo porque dirige una franquicia como conductor de reparto, pero realmente está supeditado a la supervisión de Maloney, un empleador duro e inflexible que trata a los conductores como números. Lo cierto es que tiene que trabajar catorce horas de lunes a sábado y, si por cualquier motivo un día no puede hacerlo (enfermedad, fuerza mayor, etc.), debe de buscar un sustituto y pagarle, so pena de sanción por parte de la empresa principal. Además, también se le multará si no realiza las entregas a tiempo. Por todo ello, Ricky se encuentra diariamente sometido a una gran presión y a un continuo estrés.
Por su parte su mujer —Abby— trabaja como cuidadora a domicilio. Ha vendido el coche para que su marido pueda alquilar la furgoneta. Por esa razón se ha visto obligada a acudir al trabajo en autobús con el riesgo de no llegar a hora a las casas de los pacientes que tiene que visitar. Por último, el matrimonio tiene un hijo idealista y rebelde (se salta clases en el colegio y se reivindica como grafitero) que discute con su padre, y una hija de once años que sufre la tensión familiar. Como se puede observar, el panorama para la familia es bastante desalentador. 
El realizador expone este drama social y, al mismo tiempo, denuncia el manido relato capitalista de que quién es pobre es porque se lo merece. Como una letanía, solemos escuchar el cuento de que el éxito se consigue solo si eres emprendedor y luchas por superarte. Precisamente, la misma retórica que le transmite Maloney, su encargado, y que al final Ricky fagocita y asume (extrapolable, también, a la población en general).
Aparte de esta doble recriminación, el director británico diseña una soberbia crónica vital — con unos padres abnegados y unos hijos que intentan solidarizarse con el ente que conforma la familia— donde se articulan las penurias, las alegrías y los claroscuros del devenir humano. 
El trabajo actoral, la expresión cinematográfica y su acertado guion ayudan, más si cabe, a mejorar esta película que —al margen de sus innegables méritos— se me antoja como realmente necesaria.

SORRY WE MISSED YOU. 2019. Reino Unido Unit. Color. 101 Min. 
Dirección: Kean Loach
Intérpretes:  Kris Hitchen, Debbie Honeywood, Rhys Stone, Katie Proctor, Alfie Dobson , Charlie Richmond, Ross Brewster, Julian Ions, Sheila Dunkerley, Maxie Peters, Christopher John-Slater, Dave Turner
Guion: Paul Laverty
Música: George Fenton
Fotografía: Robbie Ryan

Críticas de Ken Loach (clicar en este mismo enlace para leerlas) 

sábado, 7 de septiembre de 2024

(4) PERROS DE PAJA, de Sam Peckinpah (1971)

No sé volver a casa
Dentro cada ser humano yacen silencios intrínsecos, herméticos e inaccesibles para el resto de las personas, incluso si éstas son muy cercanas a nosotros. Por tanto, dependiendo de cómo sean las relaciones con nuestros iguales, dichos silencios, o bien pueden sanarse o, por el contrario, marchitarse completamente.
David es un joven matemático americano que se traslada con su mujer Amy al pueblo de ésta, situado en la campaña inglesa, para concentrarse en sus trabajos de investigación. Nada más llegar, se puede notar un ambiente enrarecido debido al comportamiento de los aldeanos, cosa que, como espectador se tiene el presentimiento de que algo no funciona adecuadamente.
Aunque en un principio tienen la apariencia de ser una pareja bien avenida, pronto nos damos cuenta de que entre ambos existen muchas barreras, guardando ella, además, un secreto y una pulsión que la atormenta.
Me gusta cómo Peckinpah retuerce aún más el relato original del libro (es una adaptación de la novela de Gordon Williams "The Siege of Trencher's Farm"), dándole un punto de mala leche, desnudando, al mismo tiempo, nuestras perversiones psíquicas y sexuales (sobre todo por la predominante ambigüedad moral que desprende y por la escena de la violación con la actitud tan equívoca de Amy). Con esto, nos demuestra la vasta complejidad del ser humano.
La película aborda la xenofobia (hacia, en este caso, los estadounidenses), el machismo (impregnado en todas las secuencias), y la violencia consustancial a las personas. Por esto último, es muy interesante tener en cuenta la transformación que tiene el protagonista, que pasa de ser un convencido pacifista a utilizar las mismas armas que sus agresores. Lo que nos reafirma que la violencia genera violencia, pero ¿cómo actuaríamos nosotros si, como el protagonista, nos viéramos en una situación límite?, ¿haríamos lo mismo?
Otro concepto determinante que se trata en la película es la comunicación y la sinceridad en la relación de pareja. Como decía al principio del artículo, a veces, las verdades que se mantienen ocultas se vician en nuestro interior terminando en un callejón sin salida. Silencios que se pudren y, antes o después, se manifiestan de manera negativa como bien podemos comprobar. Al final, ni Henry Niles (con trastorno mental) ni David saben volver a casa; poética metáfora de su desconcierto.
Excelente filme; valiente, arriesgado que, pese a tener muchos cambios con respecto al libro, adapta muy bien la esencia de la obra original. Pero, especialmente, porque te hace reflexionar, conjugando con maestría el miedo y el entretenimiento.

STRAW DOGS. 1971. Reino Unido. Color. 113 Min.
Dirección: Sam Peckinpah
Intérpretes: Alexander Skarsgård, James Marsden, Kate Bosworth, Dominic Purcell, James Woods, Willa Holland, Walton Goggins, Laz Alonso
Guion: David Zelag Goodman, Sam Peckinpah. Novel·la: Gordon M. Williams
Música: Jerry Fielding
FotografíaJohn Coquillon