Todo patas arriba
Östlund satiriza las relaciones de poder al máximo y las filma con una contundencia que no deja a nadie indiferente. De esta manera, subvierte el sistema y pone todo lo políticamente correcto patas arriba. A lo largo de la historia, las circunstancias se transforman: se impone el matriarcado, y los ricos quedan relegados a un segundo plano, supeditados a la clase trabajadora.
Al abordar este tema, el director pone de manifiesto cómo las personas cambian dependiendo de las circunstancias. Así es; acatamos el poder, y quien lo ejerce acentúa sus prerrogativas. Parece ser una ley de vida, algo consustancial a la naturaleza humana, y eso se refleja en la pantalla invitándonos a reflexionar. Porque, si he de decir la verdad, esta película me ha impresionado y no puedo sino admirar la capacidad cinematográfica del director. Primero, ahondando en las profundidades psicológicas de las relaciones humanas (como las discusiones de la pareja de modelos), y después en el cambio de perspectiva hacia los demás, condicionado por las nuevas dinámicas (cuando Abigail se convierte en capitana y deja atrás su papel de tímida limpiadora de baños del yate).
Los diálogos, la parte técnica con la puesta en escena, la causticidad, la mala leche (con el capitán del yate comunista y el multimillonario ruso capitalista), y el mensaje inapelable hacen de este trabajo una gran obra.
Lamento lo que voy a añadir para finalizar esta crítica, porque Triangle of Sadness no lo merece dada su inmensa calidad, pero la única mancha que le pondría serían esos minutos escatológicos con la cena del capitán. En esa escena, Östlund pretende ridiculizar la codicia y la riqueza mostrando las miserias que, independientemente de la clase social, compartimos todos: lo consigue, sí, pero debo confesar que esos quince minutos me resultaron bastante incómodos.
TRIANGLE OF SADNESS. 2022. Suecia. Color. 147 Min.
Dirección: Ruben Östlund
Intérpretes: Ilinca Manolache, Ovidiu Pirsan, Nina Hoss, Dorina Lazar, Katia Pascariu, Laszlo Miske, Uwe Boll
Guion: Ruben Östlund
Fotografía: Fredrik Wenzel
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