La quimera de la juventud eterna
La juventud eterna es una quimera, una utopía que se persigue a pesar de saberse inalcanzable. El paso del tiempo cobra importancia a medida que cumplimos años. Nadie piensa, aunque lo vea, que envejecerá. Pero la epifanía llega, ya sea en forma de achaques, arrugas o canas. Miramos a nuestro alrededor y descubrimos que toda la gente que nos rodea es más joven que nosotros. Todo esto, para una persona común, puede suponer un obstáculo. No obstante, también es cierto que muchas personas lo asumen con serenidad y aceptan el inexorable paso del tiempo, viviendo una vida plena y cercana a la felicidad. Sin embargo, otros no lo ven así. Entonces aparece el síndrome de Peter Pan, con bótox incluido, hasta que se dan cuenta de que están ante un espejismo. Aunque, al final, cada cual es libre de elegir aquello que le proporcione un poco de complacencia, la naturaleza acaba por poner a cada uno en su lugar (cabe señalar que también existe otro segmento de población que vive de su imagen). Desafortunadamente, la frescura y la gallardía son efímeras, y si no se saben gestionar, cualquiera puede caer en un pozo sin fondo.
Toda esta reflexión surge al hilo de esta extraña e impactante película, en la cual una estrella de Hollywood en decadencia se siente arrinconada en su programa de gimnasia en la TV. De hecho, se entera de que la van a despedir. En su lugar quieren buscar a una jovencita (una “tía buena”, como decía el productor) que atraiga a más público. Al descubrir "La Sustancia", un producto revolucionario que crea un alter ego más joven, bello y perfecto, decide consumir esta solución del mercado negro, creando así una versión rejuvenecida y mejorada de sí misma. El mal uso y la lucha con su yo tendrán efectos devastadores.
Así, esta historia se convierte en una diatriba contra la cultura de la antiedad, contra quienes priorizan la materia sobre el espíritu, contra el marcado edadismo actual y contra la fiera feroz del capitalismo que ensalza al cuerpo en detrimento del alma. Todo esto, acompañado de una estética peculiar con límpidos planos generales y una música inquietante. En su metraje tienen cabida diferentes géneros, y es que esta cinta está repleta de referencias a obras míticas como El hombre elefante, Carrie o las películas de Cronenberg. Y debo decir que me ha parecido una estupenda producción, a pesar de tener algunos errores de guion (la entrada con la careta) y un final demasiado —pero demasiado— visceral, en el amplio sentido de la palabra.
THE SUBSTANCE. 2024. Reino Unido. Color. 140 Min.
Dirección: Coralie Fargeat
Intérpretes: Demi Moore, Margaret Qualley, Dennis Quaid, Hugo Diego García, Oscar Lesage, Gore Abrams, Edward Hamilton-Clark, Robin Greer, Christian Erickson, Daniel Knight, Tom Morton, Vincent Colombe, Olivier Raynal, Joseph Balderrama
Guion: Coralie Fargeat
Música: Raffertie
Fotografía: Benjamin Kracun
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