More, es la banda sonora realizada por Pink Floyd para el film homónimo de Barbet Schroeder quien, después, regresaría a reunirlos para trabajar con La Vallée. Prueba de la admiración que tributaba el director a la banda es esta frase suya: "Existe en la música de Pink floyd una calidad espacial que me seduce".
Este tercer disco de su discografía -cuando Syd Barret ya se había encerrado en su “cápsula lunar”- fue un éxito formidable. Aunque en realidad era fruto de un encargo, la historia del fim –un joven alemán que hace un viaje, primero a Paris y después a la isla de Ibiza a la búsqueda de él mismo, y lo que realmente encuentra será la mezcla letal del mundo de los estupefacientes y la heroína junto a un amor imposible- cautivó el cuarteto.
La escenificación y la trama implicaban a una gran oportunidad para poder musicar unas imágenes que resultaban impactantes. More supone la primera unión audiovisual entre música rock y cine moderno. En ella encontramos todos los ingredientes floydianos de la primera época (donde estaba muy presente aún la influencia de Syd Barret): la quietud de Cirros Minor -con un genial órgano de Rick Wright que recuerda al “Celestiales Voices” de A Saurcerful of Secrets-, "Crying song", "Green is the colour", la magistral melancolía de "Cymbaline", el rock potente de "The nile song" -con una extraordinaria voz desgarrada de David Gilmour- y de "Ibiza bar", el surrealismo de "Up the khyber" -con un excelente conjugación de piano y órgano de aire lisérgico-, "Main theme" -que describe musicalmente, al inicio de la película, el estimulante y alucinógeno viaje que se le avecina al protagonista-, y la inquietante psicodelia de "Quicksilver".
La escenificación y la trama implicaban a una gran oportunidad para poder musicar unas imágenes que resultaban impactantes. More supone la primera unión audiovisual entre música rock y cine moderno. En ella encontramos todos los ingredientes floydianos de la primera época (donde estaba muy presente aún la influencia de Syd Barret): la quietud de Cirros Minor -con un genial órgano de Rick Wright que recuerda al “Celestiales Voices” de A Saurcerful of Secrets-, "Crying song", "Green is the colour", la magistral melancolía de "Cymbaline", el rock potente de "The nile song" -con una extraordinaria voz desgarrada de David Gilmour- y de "Ibiza bar", el surrealismo de "Up the khyber" -con un excelente conjugación de piano y órgano de aire lisérgico-, "Main theme" -que describe musicalmente, al inicio de la película, el estimulante y alucinógeno viaje que se le avecina al protagonista-, y la inquietante psicodelia de "Quicksilver".
Finalmente el trabajo contiene incursiones en el blues “More blues” e, incluso, en el flamenco "A spanish piece" donde David Gilmour pone en practica los trucos de mierda -como él decia- para poder salir airoso en ese estilo de música tan complicado.
Valoració: 3,19
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