lunes, 18 de marzo de 2024

(2) LA CIÉNAGA, de Lucrecia Martel (2001)

Angustia
Alejada de los estándares fílmicos narrativos, esta obra centra su potencial en transmitir sensaciones al espectador sin tratar de explicar o justificar aquello que sucede en la trama, algo así como un lirismo arcano que nos muestra un escondrijo de emociones por descubrir. Observando esta película, sentimos desazón y angustia debido a la relación entre esas dos familias que están condicionadas por un clima de oscuridad, resentimiento y desconfianza. De manera larvada, la directora nos cuenta diferentes historias, sugiriendo aspectos (no mostrados en la pantalla) para la imaginación del espectador.
Es impactante la deshumanización de la primera escena con la caída de la protagonista y la indiferencia de sus acompañantes. Estos, ajenos a su sufrimiento, continúan disfrutando de su descanso, lo que significa una contundente crítica al abandono de los valores humanos en beneficio de la comodidad económica por parte de, una cada vez más, decaída sociedad burguesa. Toda una declaración de intenciones.
La ciénaga, revelador título, es una cinta estimable, densa y difícil, con la que a veces cuesta conectar. Con todo, es justo reconocer su carácter arriesgado y valiente.
 
LA CIÉNAGA. 2001. Argentina. Color. 102 Min.
Dirección: Lucrecia Martel
Intérpretes: Graciela Borges, Mercedes Morán, Martín Adjemián, Juan Cruz Bordeu, Leonora Balcarce, Silvia Baylé, Sofia Bertolotto
Guion: Lucrecia Martel
Música: Herve Guyader, Emmanuel Croset
Fotografía: Hugo Colace

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